El Ayuntamiento compra una finca bajo el acantilado de Montjuïc por 10 millones de euros

Un total de 10 millones de euros por una finca de unos 52.000 metros cuadrados bajo el acantilado de Montjuïc, casi sobre la Ronda Litoral, es el precio que pagará el Ayuntamiento de Barcelona al Consejo Comarcal del Barcelonès para tener la propiedad de una gran finca -conocida como la Riviere- que hace dos décadas fue expropiada para construir la ronda. La compra fue autorizada ayer por la comisión de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, que también dio el visto bueno a la parte central de la senda que unirá Miramar con el Mirador del Migdia.

Uno de los problemas que tiene la montaña de Montjuïc es que parece estar urbanizada para los coches y no para las personas. De hecho, hay calzadas amplias y aceras estrechas. Todo ello con pendientes a menudo pronunciadas -hay tramos del 13% de desnivel- que disuaden del paseo. Especialmente a los barceloneses, que siguen siendo, de lejos, los que menos van a la montaña de Montjuïc a pasear o a pasar el rato. Con el proyectado paseo que unirá la parte inferior de la montaña con el castillo hasta llegar al Mirador del Migdia, en la vertiente sur de la montaña, de unos tres kilómetros de longitud, se pretende que la montaña tenga una senda accesible, con caminos anchos en zigzag. En la actualidad se está trabajando en la parte inferior, desde Miramar, y lo que ayer aprobó la comisión de gobierno del Ayuntamiento es la parte central: desde los jardines del Mirador del Alcalde hasta los situados encima del ya inexistente campo de tiro al pichón, que ha sido descontaminado de importantes restos de plomo. A esa fase del proyecto de la nueva senda se destinan cinco millones de euros y también a la recuperación de las losas del jardín del Mirador del Alcalde. El resto de la senda se ejecutará en el siguiente mandato municipal, reconocen fuentes de Urbanismo del consistorio. Por ello, el proyecto de urbanización de la montaña se está convirtiendo en uno de los más dilatados de la ciudad. Precisamente ahora se está discutiendo el plan de usos de la montaña entre el Ayuntamiento y las asociaciones de vecinos del entorno, que, en principio, se mostraton muy reticentes a que la montaña sea un compendio de actividades que molestan a sus residentes.

La comisión de gobierno también acordó la compra de una finca al pie del acantilado de Montjuïc. Precisamente sobre esa finca está asentada una colonia de cernícalos que ha sido considerada una de las mayores existentes en ciudades europeas, pese a que en los últimos años ha perdido ejemplares. El retroceso en la colonia de esas rapaces ha sido achacado, en parte, a la progresiva degradación de la zona, en opinión de conocedores de la materia. Lo que pretende ahora el Ayuntamiento con esa operación es preservar la zona y ser el titular de prácticamente toda la montaña. El concejal de Presidencia y portavoz, José Cuervo, aprovechó para resaltar que las actuaciones que se realizan en Montjuïc demuestran que resulta anacrónico que la ciudad no tenga pleno uso del castillo: "Es un asedio pacífico".