"El Papa no es bienvenido"
Miles de personas se manifiestan en Estambul contra la visita de Benedicto XVI a Turquía
Miles de turcos, entre 15.000 y 20.000 según distintas fuentes oficiales, se manifestaron ayer en la parte europea de Estambul contra la visita que el papa Benedicto XVI tiene previsto iniciar mañana a Turquía. El islamista Partido de la Felicidad, que convocó la marcha, esperaba haber reunido un millón de personas en la primera gran protesta masiva contra el Pontífice en Turquía. "El Papa no es bienvenido" o "Papa, no vengas", fueron algunos de los principales lemas coreados por los manifestantes en medio de un mar de banderas rojas con la media luna blanca. Las autoridades turcas han movilizado a más de 15.000 policías ante la visita de Benedicto XVI.
La controvertida visita de Benedicto XVI a Turquía, sin duda el viaje más difícil de su pontificado, viene predecida por su polémico discurso del pasado 12 de septiembre en la universidad alemana de Ratisbona, en el que sus palabras sobre el islam y la violencia desataron una oleada de protestas en todo el mundo musulmán.
Los organizadores de la protesta de ayer en Estambul, a la que se sumaron sectores de la ultraderecha nacionalista turca, habían lanzado como lema de su convocatoria "El Papa taimado e ignorante no es bienvenido", pero las presiones de las autoridades obligaron a retirar unas expresiones que pudieran resultar injuriosas para el Vaticano.
La marcha se desarrolló pacíficamente y poco después las calles del distrito de Caglayan de Estambul se fueron despejando, sin que tuvieran que intervenir los centenares de agentes antidisturbios que se habían desplegado en la zona.
El Partido de la Felicidad fue fundado hace seis años tras la prohibición del Partido del Bienestar, el movimiento político islamista con el que Necmettin Erbakan llegó a ser primer ministro tras ganar las elecciones de 1995. Nació de una escisión conservadora en el islamismo turco, en tanto que la corriente modernizadora y proeuropea fue encabezada por Recep Tayyip Erdogan, ex alcalde de Estambul y actual jefe de Gobierno turco tras su arrolladora victoria en las urnas en 2002.
Mientras Erdogan y sus seguidores han preferido adoptar un perfil bajo, ausentándose en lo posible de los principales actos de la visita papal, el líder del Partido de la Felicidad, Recai Kutan, encabezaba ayer la manifestación de Estambul. "El Papa debe pedir perdón antes de venir a esta tierra sagrada", dijo Kutan, quien tildó a Benedicto XVI de "representante del odio" y de "embajador del imperialismo mundial". Los gritos de "Allahu Akbar" ("Dios es el más grande") fueron los más escuchados, así como "Respeto al Profeta [Mahoma]", mientras que por todas partes podían verse pancartas en las que estaba escrito: "Papa, no vengas a Turquía".
Benedicto XVI tiene previsto viajar mañana desde Roma hasta Ankara, donde se reunirá con el presidente de la República, Necdet Sezer. El primer ministro Erdogan ha mostrado su intención de mantener un corto encuentro con el Papa en el aeropuerto de Esenboga, a las afueras de la capital de Turquía, antes de emprender viaje a Riga, la capital de Letonia, para participar en la cumbre de la OTAN. Benedicto XVI viajará después a Éfeso, en la costa mediterránea, antes de trasladarse finalmente a Estambul, donde celebrará varios actos ecuménicos con el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé I.
El ministro de Asuntos Exteriores turco, Abdulá Gül, que tampoco estará presente en Turquía durante la visita papal, quiso ayer quitar hierro a la polémica. "Mostraremos, como es natural, toda nuestra hospitalidad al Papa y esperamos que esta visita sirva para finalizar los malentendidos entre musulmanes y cristianos", aseguró el ministro de Exteriores en una rueda de prensa. "Su mensaje será muy importante", insistió.
Los grupos radicales y ultranacionalistas turcos se han movilizado también contra la visita papal. El pasado miércoles, varias decenas de jóvenes de extrema derecha ocuparon simbólicamente el museo de Santa Sofía (antigua basílica cristiana y posterior mezquita hasta que Mustafá Kemal, Atatürk, suspendió el culto en 1935), y han criticado duramente al Gobierno por autorizar la visita del Pontífice.
Las autoridades turcas han movilizado a más de 15.000 policías, en un despliegue de seguridad sólo comparable con el de la visita del presidente de EE UU, George W. Bush, hace dos años. La presencia policial era ya patente ayer con controles extremos en el aeropuerto internacional de Estambul y con zonas enteras del centro de la ciudad controladas por agentes antidisturbios dotados con vehículos blindados.
Los servicios de información y seguridad interior de Turquía temen que el Papa pueda verse amenazado en algún momento de su visita, y han extremado la vigilancia en Estambul, donde Benedicto XVI concentrará la mayor parte de sus actos entre los próximos miércoles y viernes antes de regresar a Roma.
Un gesto de reconciliación
El Vaticano confirmó ayer que el papa Benedicto XVI visitará en Estambul la famosa Mezquita Azul en un gesto de desagravio y reconciliación con los musulmanes. El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que la visita al templo no estuvo prevista en los primeros momentos de la organización del viaje, pero finalmente ha sido confirmada. Será la primera mezquita que visita Benedicto XVI desde que es Papa. Su predecesor, Juan Pablo II, visitó una mezquita durante su visita a Damasco en 2001.
La Mezquita Azul es la más famosa y popular de Turquía y se levanta en el centro histórico de Estambul, enfrente del museo de Santa Sofía. Fue construida en el siglo XVII por el sultán Ahmed I.
El Papa envió ayer "un saludo cordial al querido pueblo turco" y a sus representantes, al tiempo que expresó "sentimientos de estima y de sincera amistad". Tras el tradicional rezo del ángelus en la plaza de San Pedro, Benedicto XVI pidió a los fieles que le acompañen "con la oración, para que este peregrinaje pueda traer todos los frutos que Dios desea". El Papa añadió que "desde ahora deseo mandar un saludo cordial al querido pueblo turco, rico en historia y en cultura".
De igual manera expresó al pueblo turco y a sus representantes "sentimientos de estima y de sincera amistad".
Benedicto XVI señaló que espera "con viva emoción" encontrar a "la pequeña comunidad católica", de la que dijo que "siempre está presente" en su corazón, y unirse "fraternalmente a la Iglesia ortodoxa, con ocasión de la fiesta del apóstol san Andrés".
El Papa indicó que se pone sobre las huellas de Pablo VI y Juan Pablo II, e invocó la protección del beato Juan XXIII, quien fue durante 10 años delegado apostólico en Turquía.
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