Negocios de familia

Hubo una época en la que la mayoría de las obras de Nàquera parecía hacerlas la misma constructora: la nueva rotonda del pueblo, la ampliación de la escuela, una urbanización, el desarrollo del polígono industrial. El municipio está situado a las faldas del parque natural de la Serra Calderona y la herencia de Gil Garrido Obras Públicas, SL, puede verse mirando en cualquier dirección. Después de varias denuncias, la fiscalía de Valencia ha enviado al juzgado de Llíria la primera denuncia por tráfico de influencias y uso de información privilegiada contra Juan Carlos Piquer (ex aparejador municipal), Juan Vicente Roig (su socio) y el constructor Gil Garrido García. En menos de un año y medio (entre marzo de 2001 y julio de 2002) Gil Garrido Obras Públicas y Prosunaq (una sociedad en la que figuraba el propio Gil Garrido, y, a través de otra sociedad, el entonces aparejador municipal) vieron aprobados por el Ayuntamiento de Nàquera proyectos por valor de 40 millones de euros, más de 6.000 millones de pesetas.

La hegemonía de Gil Garrido coincidió con la época de Salvador Pérez, del PP, al frente de la alcaldía, entre 1999 y 2003. Y hay dos detalles curiosos: la mujer de Pérez es, a su vez, prima del aparejador imputado Juan Carlos Piquer; y el propio ex alcalde fue durante los años ochenta... aparejador municipal de Nàquera. La primera denuncia enviada por la fiscalía al juzgado de Llíria -otra investigación en marcha podría afectar a 10 concejales, entre ellos dos alcaldes: al actual, Ricardo Arnal (PP); y a su antecesor, Francisco Arnal (por entonces del PSPV, hoy, tránsfuga), que a su vez son primos-, se refiere al desarrollo del polígono industrial Els Vents.

La fiscalía ha detectado lo siguiente: la empresa Prosunaq (en la que figuran Piquer y Gil Garrido, éste último sólo durante un año y con una participación social) presenta un proyecto de PAI para los sectores industriales I y III. El Ayuntamiento lo aprueba (Piquer actúa como testigo), y Prosunaq se convierte en agente urbanizador. Gil Garrido Obras Públicas, SL, es, a su vez, la mercantil a la que se adjudica la ejecución de las obras del PAI. La fiscalía considera que Piquer obtuvo también beneficio de las adjudicaciones a través de empresas interpuestas. El empresario, sin embargo, no ha tenido conocimiento de las actuaciones de Fiscalía y se personó el pasado jueves en el procedimiento de Llíria. A través de su abogado, Gil Garrido explicó que abandonó, como consta en escritura, Prosunaq y Gil Garrido Obras Públicas, SL, en 2003. Creó Gil Garrido Obras y Proyectos, que no actúa en Náquera prácticamente, sino en Manises y Burjassot, entre otros emplazamientos. Pero, además, precisa que Gil Garrido Obras Públicas es Urbe y que es Antonio Tatay Noguera quien firma como agente urbanizador los proyectos. Asegura que todo lo que hizo en Náquera fue a través de concurso público en el que ninguna otra empresa presentó alegaciones.

En 2005, EL PAÍS publicó que al menos una empresa ubicada en dicho polígono industrial llevaba tres años vertiendo aguas residuales al subsuelo. La urbanización de los sectores citados no incluyó el alcantarillado.