La facultad de los nuevos profesores
Los docentes jóvenes examinan la realidad y los retos de Economía en su 40 aniversario
Cuando nacieron, la facultad ya se había creado. Así que se perdieron aquello de correr delante de los grises, la mayoría nunca tuvo a Karl Marx como autor de cabecera y, en cambio, habla de Milton Friedman con naturalidad. Los profesores jóvenes de la facultad de Economía de Valencia, que acaba de cumplir 40 años, han vivido a la sombra, al menos mediática, de sus mayores. Tienen, sin embargo, su propio análisis de la facultad: qué lugar ocupa y cómo podría llegar a ser mejor.
Muchos de los nombres fundacionales de Económicas ocuparon puestos clave en la política, sobre todo durante la década de los ochenta. "En algunos momentos, prácticamente medio Consell venía de la facultad de Economía. Y eso fue una aportación importante a la modernización" del territorio, afirma Cecilio Tamarit, que atribuye a la vieja guardia una "cultura general, enciclopedista" que echa de menos en las nuevas generaciones de docentes. Pero luego añade: "Antes, quizá, estaban muy ideologizados por las circunstancias de nuestro país. Y eso hizo que partieran de un marco que en muchos casos quedaba trasnochado y no se acoplaba a nuestra realidad social, política ni económica. Y ese tipo de tabúes iniciales, a la hora de tratar de enfocar los problemas económicos, ha desaparecido".
"No podemos seguir siendo, como hasta ahora, especialistas en la generalidad"
La facultad tiene hoy más de 8.000 alumnos y centenares de docentes; su peso representa cerca del 15% del total de la Universitat de València. Y aunque muchos profesores permanecen, el centro tiene poco que ver con lo que fue. Para empezar no suena igual. Hoy se puede entrar en un aula y sentarse entre una treintena de alumnos, varios de los cuales son erasmus. Echar un vistazo alrededor y reconocer las mismas pintadas en las mesas, las mismas sillas en el pasillo, lo que da una idea de que, al menos aquí, la masificación universitaria no ha acabado de evaporarse. Y de pronto escuchar al profesor decir: "Well, let's continue with this topic", mientras en una pantalla se proyecta: "Define the target population". Y luego, oírle preguntar, siempre en inglés: "Marta, which is...". El "grupo internacional" se creó hace cinco cursos. En julio saldrá a la calle la primera promoción de economistas formada en inglés en Valencia. Y es uno de los esfuerzos de modernización más claros que pueden encontrarse y en el cual, todo sea dicho, han participado activamente algunos docentes de la vieja guardia.
Otras transformaciones, que fueron producto de un cambio de época, no resultan probablemente tan visibles. Los docentes fundadores de la facultad, recuerda Salvador Gil, vivieron unos tiempos políticamente convulsos. "Y en ese sentido había bastantes más manifestaciones, huelgas... Y por tanto los profesores luego pusieron toda la voluntad, se formaron adecuadamente, y la formación que nosotros recibimos fue de mucha calidad. Pero nosotros, desde los noventa, pudimos salir a completar nuestra formación a universidades extranjeras de reconocido prestigio, como la London School of Economics, el University College... Y eso nos permite tener contacto con profesionales que están en centros de referencia. Podemos participar en congresos de todo el mundo, por los cinco continentes, y publicamos en revistas que anteriormente eran inalcanzables para la universidad española, o al menos para el caso valenciano en concreto".
"Yo lo que veo", continúa Tamarit, "es que ha habido un cambio tremendo en los últimos años en cuanto al enfoque que tienen los profesores. La importancia que se le da, en una ciencia social como es la economía, al intento por acercarse cada vez más a las ciencias más duras, con más apoyo matemático, con más apoyo de la teoría".
Los nuevos profesores detectan en sí mismos menos prejuicios. Y se ven más preocupados "por entender lo que estamos viviendo. Con un enfoque más liberal, más clásico, que pueda entender mejor cómo funciona una economía de mercado o una economía social de mercado. Eso no lo teníamos, a lo mejor, hace 25 ó 30 años. ¿Qué autores? Pues acaba de fallecer Friedman, por ejemplo. Y hace unos años sería tabú, casi, hablar de sus tesis, cuando en el fondo, para poder entender la política monetaria, para entender la política de estabilización de los últimos 20 años y para entender cómo funciona la economía española, sin las ideas de Friedman, es impensable. Lo que no quiere decir que las esté apoyando", afirma Tamarit.
¿Cuáles son los retos que tiene por delante la facultad? Vicente Safón, de 38 años, que fue un jovencísimo director del departamento de Dirección de Empresas, cree que uno de ellos consiste en reforzar "la relación con el extranjero en todos los departamentos". Aunque para ello, prosigue Safón, hace falta dinero, la Universitat de València es pública "y España no es Kuwait".
Y Salvador Gil, que tiene su misma edad, enuncia cuatro necesidades: "Mejorar la formación de posgrado, en lo que las universidades de prestigio internacional nos llevan una distancia considerable"; "fomentar la investigación con estímulos adecuados. Porque ahora la investigación se hace más por voluntad propia, sin que existan unos mecanismos adecuados"; "adaptarnos a las nuevas herramientas docentes que han ido surgiendo con las nuevas tecnologías, por ejemplo, en el ámbito de Internet, con el aula virtual", y relacionado con lo anterior, "rejuvenecer la plantilla de profesores". "En concreto", añade, "en mi departamento (Estructura Económica) hace 15 años que no entra ningún profesor. Estamos hablando de que los profesores más jóvenes nos encontramos ya en torno a los 40 años, y quizá habría que plantear algún sistema..."
Safón coincide: "Yo creo que las infraestructuras tecnológicas están, pero que podrían utilizarse más". Que eso está relacionado con la edad, es evidente, continúa, pero primero, es imposible, y segundo, no resultaría deseable proceder a un relevo masivo: "Porque cuanto más viejo es un profesor, si está lúcido, más sabe".
Cecilio Tamarit cree que el asunto crucial es la especialización: "No podemos ser especialistas en la generalidad. Que es quizá lo que hemos sido hasta ahora a niveles razonables. Y lo que se está planteando en el Espacio Europeo de Educación Superior es precisamente eso. Que las universidades se especialicen tanto en la investigación como en la docencia. Que haya un mercado de estudiantes, y que ellos puedan detectar cuáles son las mejores facultades, no digo a escala española sino europea, para realizar estudios de grado y de posgrado, pero sobre todo de posgrado. Ese es el reto del momento. Y esto se lo está planteando la facultad, pero por otra parte hay una gran desinformación, y no se está recibiendo por parte de las autoridades el apoyo que se debería recibir. Y eso, de alguna manera, va desgastando".
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