Educación reconoce la incidencia del paro, pero sostiene que no puede mejorar su oferta

El Departamento de Educación reconoció ayer que el seguimiento de la huelga convocada por las centrales STEE-EILAS, ELA, LAB y UGT en la red pública no universitaria de Guipúzcoa había sido "importante". Sin embargo, aseguró que, pese a esa movilización y las convocadas para mañana en Álava y el día 30 en Vizcaya, no puede mejorar la oferta que ya ha planteado en la negociación. "Con lo que hay en la mesa se puede garantizar un buen acuerdo", dijo el viceconsejero de Administración y Servicios, Pablo Larrauri.

La consejería señaló que un 70% de los docentes y del resto de la plantilla de servicios secundó el paro convocado en Guipúzcoa. De los 6.299 docentes de ese territorio, un total de 4.450 se sumaron a la protesta. Se cerraron 78 de los 193 centros públicos de enseñanza. Para mañana está prevista la huelga en Álava y para el próximo 30 de noviembre en Vizcaya. Los sindicatos elevaron el seguimiento de la movilización a un 80% del personal. La incidencia del paro fue desigual en las diferentes etapas educativas. En Infantil y Primaria (de 3 a 12 años), un 89% de los trabajadores pararon, en Secundaria (de 12 a 16) lo hizo un 85% y en Bachillerato y Formación Profesional, el 52%, según los datos de Educación.

Tras realizar el balance de la jornada, el viceconsejero analizó las reivindicaciones sindicales y destacó que "van a ser atendidas la gran mayoría" de ellas. Por una parte, recordó la Oferta Pública de Empleo con 2.000 plazas que el departamento prepara para 2007 y que va a permitir rebajar la interinidad al 8%. Por otra, la consejería está dispuesta a mejorar las condiciones económicas, especialmente del director y de los tutores, aunque dejó la puerta abierta a que durante la negociación los sindicatos quieran redistribuir de otra manera el dinero.

En cuanto a la reducción de las horas lectivas que imparten los docentes (23 en Primaria y 17 en Secundaria) y la disminución del número de alumnos por aula, Larrauri enfatizó que resulta algo muy difícil porque los docentes vascos "disfrutan de buenas condiciones, de las mejores del Estado". "El acuerdo sobre condiciones laborales que se alcanzó hace tres años es bueno y es difícil de mejorar", apostilló.

El viceconsejero mostró su confianza en que se reconduzca la situación en las próximas reuniones con las centrales, previstas para mañana y el próximo viernes, y advirtió del daño que se está haciendo a la imagen de la escuela pública. "Resulta un conflicto extraño, con el sindicato mayoritario apostando por la negociación y los demás convocando el paro. Las discrepancias sindicales han influido en este paro", concluyó.

Peticiones

Mientras el departamento realizaba su balance, los representantes sindicales de STEE-EILAS, ELA, LAB y UGT se concentraban frente a la delegación de Educación en San Sebastián. Comisiones Obreras, central mayoritaria en el sector, se ha desmarcado de la protesta y defiende seguir negociando con la consejería. La representante de LAB Mari Carmen Urteaga detalló que 135 centros apoyaron de forma mayoritaria el paro, lo que supuso que buena parte de ellos permaneciesen cerrados.

Varios cientos de trabajadores se sumaron a los sindicalistas en su protesta ante la delegación bajo el lema en euskera Mejorar las condiciones laborales, fortalecer la escuela pública. Los sindicalistas entregaron un documento en la delegación con sus reivindicaciones, que alcanzan tanto a los profesores como al personal laboral educativo y los trabajadores de limpieza, cocinas o autobuses.

Las centrales convocantes, que representan al 70% de los sindicados, reclaman, entre otras cosas, una mayor inversión en Educación, subida de sueldos, un incremento de la ratio de profesores por alumno y una reducción de la jornada laboral. Solicitan además que se contrate a especialistas para afrontar los nuevos retos escolares, como la integración y euskaldunización de los escolares inmigrantes.

"La pelota está en el tejado de Educación", subrayó Urteaga, quien también se quejó de la falta de presupuestos del departamento. "Cada año dedica menos dinero, precisamente cuando la escuela pública afronta mayores retos. Educación tiene que dar respuestas", indicó.