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Educación baraja cuatro opciones para reformar el sistema de modelos lingüísticos

Cinco equipos técnicos trabajan sobre los cambios, que se presentarán en febrero al Parlamento

El Departamento de Educación presentará el próximo mes de febrero al Parlamento vasco el informe sobre la reforma del actual sistema de modelos lingüísticos. Con la entrega de este documento para que lo debatan los grupos, la consejería cumplirá con el mandato parlamentario que puso fecha a esa encomienda en diciembre del año pasado. Los cinco equipos de especialistas que llevan trabajando en esta materia desde hace más de un año han puesto sobre la mesa cuatro opciones y el departamento está analizando los puntos a favor y en contra de cada una antes de remitir el informe a la Cámara.

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Estas cuatro opciones se resumen en el mantenimiento del sistema actual; la apuesta por un modelo D (íntegramente en euskera) con matices; la implantación del sistema que rige en las Baleares, según el cual el 50% de las materias se daría en euskera (en las islas, es el catalán), un 25% en castellano y el otro 25% en inglés; y un modelo B multilingüe, donde un tercio de las asignaturas se daría en euskera, otro tercio en castellano y el tercio restante en inglés.

El viceconsejero de Educación, Pedro Otxoa, indica que estas son las opciones sobre las que se trabaja y que para el mes de diciembre el informe quedará prácticamente cerrado y preparado para su entrega en febrero en la Cámara, ya que el mes de enero es inhábil a efectos parlamentarios. En cualquier caso, parece difícil que el modelo resultante, sobre todo si es alguno de los que incluye el inglés, se puede aplicar el próximo curso. "Habría que marcarse un horizonte más amplio para dar tiempo a que las plantillas se adapten a las nuevas exigencias", apunta el viceconsejero.

Otxoa explica que el departamento había conformado cinco equipos de trabajo integrados por técnicos del departamento y especialistas extranjeros para acometer la reforma. Sostiene, en este sentido, que reformar un sistema que lleva vigente veinte años es algo muy complicado, "tanto desde el punto de vista lingüístico como de organización de plantillas". Se trata de una apuesta estratégica de primera magnitud, dado que es una cuestión socialmente sensible, que exige un alto grado de consenso entre las distintas fuerzas políticas para que pueda ser aplicado con éxito.

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A pesar de que el debate está abierto desde hace cuatro años, Otxoa reconoce que nadie se había atrevido a "ponerle el cascabel al gato". Sin embargo, resalta que es importante no paralizarse ante las dificultades. "En su momento ya se intentaron algunas cosas, como la introducción de más materias en euskera en el modelo A [en castellano] para elevar el nivel", recuerda.

El modelo A se considera inhábil, según los especialistas y el mundo educativo en general, para conseguir el objetivo de terminar la etapa de la educación obligatoria (a los 16 años) sabiendo euskera, tal y como plantea la ley. A este hecho se une su desigual implantación, muy superior en los centros privados concertados, y que, en los públicos, se concentran en las aulas de modelo A una serie de circunstancias que no favorecen el aprendizaje del euskera.

En sus reflexiones sobre los modelos lingüísticos, el Consejo Escolar concreta estos factores en la incidencia de la inmigración, concentración de alumnado con necesidades educativas especiales, mayores índices de fracaso escolar y la deficiente integración social de parte de esos escolares. "Todo esto no sólo hace imposible la adquisición del nivel de euskera convenido para el conjunto del sistema educativo, sino también la de otras competencias educativas básicas", señala.

De esta forma, estas aulas de modelo A en centros públicos se convierten "en minoritarias y en lugares de marginación social y escolar, concebidas más como espacios asistenciales que verdaderamente educativos. Esto incide negativamente en el desprestigio de la enseñanza pública frente a la privada", advierte el Consejo Escolar.

En la Formación Profesional la situación del euskera tiene un nivel de penetración mucho menor que en el resto de las etapas educativas, inferior incluso al de la enseñanza universitaria. En FP el castellano es la lengua ampliamente dominante.

Desde otro punto de vista, el Consejo Escolar ha apuntado que en zonas predominantemente euskaldunes el nivel competencial a alcanzar en lengua castellana debe ser tan importante como el que se plantea en euskera. En esos casos, "el refuerzo en lengua castellana puede constituir un objetivo prioritario", señala.

Una vez que el informe llegue al Parlamento, deberán ser los partidos los que decidan cuál es el sistema a seguir. La actual organización de los tres modelos nació con la Ley de Normalización del Uso del Euskera, aprobada en 1983, que establece la arquitectura sobre la que se ha asentado todo el desarrollo lingüístico en el País Vasco.

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