Líbano aprueba el tribunal que juzgará el asesinato de Hariri

El Gobierno de Fuad Siniora aprobó ayer la petición de la ONU para formar un tribunal internacional que juzgue el magnicidio del ex primer ministro Rafik Hariri. Un paso más en el acoso de EE UU sobre Damasco, al que culpa del asesinato, y al que se oponen Hezbolá y Amal, aliados de Damasco cuyos cinco ministros dimitieron el sábado. Ayer renunció el titular de Medio Ambiente, cercano al presidente prosirio Emile Lahoud.

La decisión del Gobierno acarreará polémica porque la legislación libanesa exige la representación en el Gabinete de todas las sectas del país y, tras la dimisión de los cinco ministros de Hezbolá y Amal, ningún musulmán chií participa en el Ejecutivo. Ahora será el Parlamento el que deberá aprobar la constitución de ese tribunal, que contará con jueces libaneses y de otras nacionalidades para esclarecer el asesinato de Hariri y de otras 21 personas en un atentado con explosivos, en Beirut, en febrero de 2005. También en la Cámara disponen de mayoría los grupos antisirios.

Es un capítulo más de la disputa entre los partidos que rechazan las injerencias de Damasco en Líbano y que dirigen el Gobierno (drusos, suníes y una parte de los cristianos) y los principales aliados al régimen de Bachar el Asad: Hezbolá, Amal y el Movimiento Patriótico Libre del general maronita Michel Aoun. La brecha no hace más que agrandarse. El domingo, el presidente Lahoud, firme apoyo de Siria en Líbano, dijo que el Ejecutivo había perdido la legitimidad para gobernar después de que los ministros chiíes lo hubieran abandonado. "¿No aprendieron de las experiencias del pasado?", se preguntó el mandatario, que acusó a la mayoría parlamentaria de "conducir al país a una aventura de la que no se conoce su final".

Con la dimisión del titular de Medio Ambiente, Yacoub Sarraf, un greco-ortodoxo afín a Lahoud, el Gabinete queda en precario. Si hubiera dos renuncias más, tendría que ser disuelto según la ley.

Es lo que quiere Hezbolá: elecciones anticipadas, confiado en que mejorará su representación parlamentaria. El Partido de Dios ve el tribunal internacional como un instrumento de EE UU y Francia para castigar al régimen de Damasco, acusado por Washington y París de organizar el magnicidio de Hariri. Siniora y sus socios aseguran que el movimiento islamista busca la caída del Ejecutivo.

Dos semanas de negociaciones para llegar a un pacto sobre un Gobierno de unidad nacional se frustraron el sábado porque las Fuerzas del 14 de Marzo, como se denominan a los partidos agrupados en torno a Siniora, rechazaron la exigencia de Hezbolá de contar con ocho ministros, lo que le concedería capacidad de veto en el Gabinete. "Se trata de un plan sirio-iraní para derrocar la autoridad legal e impedir la creación de un tribunal internacional", dijo Saad Hariri, uno de los líderes parlamentarios e hijo del político asesinado. Ahora, con la convocatoria de manifestaciones anunciada por Hezbolá, resurge el temor a enfrentamientos armados en las calles.