Oye, patria, mi aflicción
Un tema recorre centralmente esta ficción curiosa, que nos llega con un año de retraso, tras ganar el Premio de la Crítica en Sevilla 05: la incomodidad de un joven profesional, brillante arquitecto, no ya con la realidad, sino con la Italia en la que le tocó vivir; con la mediocridad entronizada, con el enchufismo, con la pereza mental, con la envidia, con el soborno. O sea, por lo visto en el filme, con el mundo de los funcionarios.
Pero más allá de ello, La fiebre funciona como una historia de amor un poco rosa de más (en general, D'Alatri, demuestra querer mucho a su protagonista; más de lo que debiera, incluso), pero también efectiva, candorosamente bella. Y como una de esas ficciones en las que la vida de provincias es puesta constantemente a juicio, con sus debilidades, pero también con su irresistible encanto. Gustará a un público joven que sepa reconocerse en las ásperas contradicciones entre las que se mueve el personaje (y muy especialmente, una: la que enfrenta la comodidad de la vida con salario fijo a la bohemia creativa y sin ataduras).
LA FIEBRE
Dirección: Alessandro d'Alatri. Intérpretes: Fabio Volo, Valeria Solarino, Vittorio Franceschi, Massimo Bagliani, Arnaldo Foà. Género: comedia romántica. Italia, 2005. Duración: 108 minutos.