La cripta de Germana de Foix
Sant Miquel dels Reis recupera la tumba real y halla el túnel por el que se fugaron los presos
Debido quizá a su incómodo acceso, a su entorno permanentemente en ordenación o a su posición periférica dentro de la ciudad, el antiguo monasterio de Sant Miquel dels Reis es un gran desconocido, a pesar de ser uno de los monumentos más notables de Valencia. Sus gruesos muros renacentistas, que hoy albergan la Biblioteca Valenciana y la Acadèmia Valenciana de la Llengua, condensan el periodo de esplendor del antiguo Reino de Valencia, y su reverso más ominoso, cuando fue prisión y escenario de ejecuciones.
Desde su reapertura hace seis años, tras una larga rehabilitación, han saliendo a la luz algunos de sus secretos. Se sabía que los restos de la virreina Germana de Foix y su tercer esposo, el Duc de Calabria, yacían en una cripta del monasterio, en la parte posterior del altar de la iglesia. Estaba documentado por numerosos escritos. Recientemente, además, un equipo provisto de geo-rádar de la Universidad Politécnica de Valencia confirmó que bajo las antiguas baldosas había restos orgánicos, exactamente en el lugar previsto, entre los escudos de Germana de Foix y el Duc de Calabria; donde ayer pisaba el director general del Libro, Vicente Navarro de Luján; allí donde señala la cruz de Sant Miquel, apuntó.
La cripta, que estaba inundada, ha sido rehabilitada y ha recobrado su aspecto del siglo XVI. Un motivo más para visitar el llamado escorial valenciano que recibe sobre todo las visitas de los investigadores y de los alumnos concentrados.
Muy cerca de la cripta, se ha descubierto también un túnel de grandes dimensiones, que guardaba una campana y otros objetos. Mucho más reciente es otro túnel por el que se escaparon decenas de presidiarios. Corrían los años sesenta y aquella fuga supuso el fin de Sant Miquel como cárcel.
La Biblioteca pugna por que se lleve a cabo el plan original de derruir los inmuebles de alrededor y tiene previsto reordernar y ampliar su jardín, mientras sigue recibiendo donaciones (la próxima es de José Francisco Yvars y su suegro Julián San Valero) y muestra la excelente colección de Nicolau Primitiu, centrada en los años de la Guerra Civil, y la labor del gran estudioso exiliado Vicente Llorens.
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