Tan nuevo, tan viejo, tan actual
El Reina Sofía recoge la génesis del vídeo como elemento creativo y su consolidación entre la vanguardia artística
La ciudad de Nueva York vista desde un taxi, un autobús o el metro. La toma de posesión de un nuevo gobierno. El aburrimiento más mortal entre las paredes de un apartamento. Y todo ello visto por el espectador a través de uno o varios monitores de televisión conformaron en 1963 una nueva forma de contemplar el arte. El Museo Nacional Reina Sofía abre hoy una exposición, Primera generación. Arte e imagen en movimiento (1963-1986), en la que se ofrece una propuesta de reflexión sobre el significado del videoarte a través de 32 videoinstalaciones y 14 proyecciones de los principales artistas que trabajaron esta forma de expresión durante 25 años. Nam June Paik, Antoni Muntadas, Wolf Vostell son algunos de estos artistas seleccionados por Berta Sichel, comisaria de la exposición.
Ana Martínez de Aguilar, directora del museo, explicó que la intención inicial era hacer una historia del videoarte, un movimiento que no ha sido estudiado ni examinado hasta el momento. "El proyecto era inabarcable en estos momentos y optamos por el momento germinal de esta forma de creación", comentó ayer durante la presentación de la muestra. Martínez de Aguilar dijo que se eligió 1963 porque es el año clave en la historia del vídeo. "En ese año, el aficionado al arte estadounidense se enfrentaba por vez primera a una instalación espacial realizada con monitores de televisión. Fue realizada por Vostell para la Smollin Gallery de Nueva York y revolucionó el mundo del arte". La directora del museo concluyó: "Pese a ello, la crítica se centró en el arte pop y en el arte conceptual, ignorando esta otra forma de crear".
Los trabajos de Vostell, artista muy vinculado a España después de vivir largas temporadas en Extremadura, ocupan una parte fundamental en la exposición. Lo mismo ocurre con Paik. Dos obras suyas sirven de comienzo y de final para este recorrido histórico. Music electronic television incluye 12 monitores en los que se hace un paseo completo que va de la música hasta llegar a la imagen electrónica.
El catalán Antoni Muntadas ocupa uno de los espacios centrales. Su videoinstalación está dedicada a la información y a las diferentes formas de llegar al espectador. La hora, el sonido, el tipo de montaje son elegidos para producir un efecto determinado en el espectador. Muntadas ofrece diferentes formas de vestir un mismo mensaje y deja al visitante que saque sus propias conclusiones.
Berta Sichel, la comisaria, ha querido completar la exposición con la presencia de una gran parte de los artistas participantes. Los creadores explicarán y dialogarán con el público acerca de sus obras los lunes y miércoles, a las siete de la tarde, hasta el 28 de marzo, fecha de clausura de la exposición.
Babelia
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