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Reportaje:

Del microscopio a la fábrica

El Parque Científico de la Universidad de Girona empieza a tomar forma

Del microscopio a la cadena de producción. Del científico en bata blanca al director de la fábrica. Éste es el camino del conocimiento que quiere incentivar el Parque Científico y Tecnológico de la Universidad de Girona (UdG), que en pocas semanas inaugurará el primer gran edificio de un complejo en el que se invertirán en los próximos años más de 34,7 millones de euros. El parque, impulsado por una fundación de la que también forman parte el Ayuntamiento de Girona, la Cámara de Comercio, la Federación de Organizaciones Empresariales y (FOEG) y la Diputación, se encuentra en plena ebullición constructiva.

La punta de lanza del complejo es el conjunto de "Investigación y Transferencia", un alargado edificio modular de 8.300 metros cuadrados que se bautizará con el nombre del malogrado empresario de la industria cárnica y mecenas Jaume Casademont, el del afortunado anuncio "En casa, Casademont".

El complejo científico y técnico recibirá inversiones por valor de 34 millones de euros

El edificio se encuentra en la fase de acabados y podría empezar a recibir a los primeros grupos de investigadores antes de fin de año. Tiene un presupuesto de seis millones de euros, financiados por fondos europeos (FEDER), la Universidad de Girona y la Diputación. Además de los servicios administrativos del parque, salas de reuniones y cafetería, contará con centros mixtos de investigación Universidad-Empresa, un vivero de empresas y el Centro de Innovación y Gestión para las Administraciones Públicas (CIGAP).

El director general de la fundación, que rige el parque, Tomàs Sobrequés, explica que el primer trimestre del año próximo estará terminado el Centro de Nuevas Tecnologías Alimentarias, que tendrá una superficie de 1.300 metros cuadrados y un coste de 2,3 millones de euros provenientes de fondos FEDER. Este centro dependerá de la Generalitat y será impulsado por una fundación que se constituye este mismo mes y de la que formarán parte la UdG, el IRTA, el CIDEM y el sector empresarial.

Entre los edificios que todavía no han empezado las obras se encuentra el Centro de Empresas, un equipamiento de unos 11.000 metros cuadrados, presupuestado en 12 millones de euros y cuyo inicio está previsto para el primer trimestre del 2008. Este centro, la gran esperanza para que la industria gerundense reciba el espaldarazo de la ciencia y la tecnología, dispondrá de una superficie disponible para alquiler de 6.300 metros cuadrados divididos en sistemas modulares de tres plantas. Así, una empresa podrá alquilar un módulo de laboratorio de 45 o 61 metros cuadrados para hacer ensayos, un módulo taller de 74 metros cuadrados para construir prototipos, probar maquinaria o fabricar producto y, finalmente, un módulo empresarial de 46 metros cuadrados para gestión o comercialización. El edificio incorporará 142 plazas de aparcamientos subterráneo y 150 plazas exteriores.

La tecnología punta se cobijará en el edificio Narcís Monturiol -7.500 metros cuadrados y 8,5 millones de presupuesto- cuyas obras empezaron en marzo de este año. Espacios innovadores como el Laboratorio de Gastronomía, que haría las delicias de Ferran Adrià, y el Centro de Investigación en Visualización, Realidad Virtual y Interacción Gráfica (Virgiv) constituirán, según explica Tomàs Sobrequés "la vanguardia tecnológica del complejo".

Este edificio albergará también el Centro de Investigación e Innovación de las Industrias Turísticas (CRIIT) y el Centro de la Imagen Digital y la Producción Multimedia (UdGiTaL). Este último contará con un plató televisivo y espacios para posproducción audiovisual. La rectora de la UdG, Anna Maria Geli, advierte de que también las ciencias sociales y las humanidades tendrán el apoyo de la Universidad: "Girona está y estará a la vanguardia en ámbitos tan diversos como la innovación turística, la lingüística y el tratamiento de la diversidad". La rectora entiende que "son los investigadores de humanidades quienes ponen las bases para la convivencia".

El edificio H2O completará el parque. Será la futura sede del Instituto Catalán de Investigación sobre el Agua (ICRA), ocupará unos 5.000 metros cuadrados y costará unos 5,5 millones de euros. La fundación que lo gestionará estará compuesta por el Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información (DURSI), la UdG, la Agencia Catalana del Agua (ACA) y empresarios.

De los cerdos sin olor a los robots de salvamento

Las formulaciones crípticas y complejas de los científicos pueden quedarse en el limbo teórico o tener una plasmación práctica en la realidad cotidiana. La segunda posibilidad, a la que en términos técnicos se denomina transferencia, constituye la apuesta decidida del parque gerundense.

En los próximos años, los equipos de investigación de la UdG que trabajarán en el parque científico pueden presentar sorprendentes innovaciones en ámbitos muy diversos. Hay equipos trabajando en la gestión "inteligente" de las depuradoras usando sistemas expertos de software, y un grupo de investigación de reproducción porcina que intenta conseguir que la carne de cerdo tenga un olor más agradable. La investigación robótica, con un proyecto dedicado al rescate de personas en catástrofes naturales, constituye otra de las vías de investigación.

Los científicos del parque buscarán también nuevas fórmulas de plaguicidas y bactericidas para el control de las plagas de las plantaciones de fruta, participarán en la investigación de anticancerígenos a través de nuevos agentes antimicrobianos y en el diseño por ordenador de nuevas moléculas de interés químico o farmacológico. Uno de los grupos punteros de la UdG trabaja en fórmulas de visión artificial subacuática de las paredes de pantanos y presas.

En el ámbito de los estudios, el parque científico tiene encomendadas tareas mucho más concretas, como la determinación de las futuras necesidades energéticas de la Costa Brava, un cálculo de fuerzas de la estructura de la catedral de Girona o un análisis de las aguas del Montseny y las Guilleries. "Tenemos firmados 136 convenios de investigación, cada uno con una petición explícita", explica la rectora. La UdG tiene actualmente 92 equipos de investigación, la mitad del ámbito científico-técnico y la otra mitad en el humanístico-social.

Anna Maria Geli cree que la universidad tiene la obligación de responder a las demandas de la sociedad y las empresas, de ahí que defienda la existencia de unas directrices políticas a la hora de investigar. "Pero siempre sin perder de vista que el investigador debe sentir pasión por su ámbito y tener capacidad de trabajo en grupo y en red, apoyando a otras universidades", añade Geli. La rectora piensa que ya se ha superado la visión del científico "como un lunático que está en otro mundo".

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