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Reportaje:

El atún se queda en casa

Calvo decide mantener a la familia como propietaria del grupo

Políticos y fondos de inversión trabajaron en las últimas semanas buscando un comprador para el grupo gallego Conservas Calvo. Otras empresas del sector, como Jealsa-Rianxeira y Alfageme, hacían sus cuentas para adquirir la empresa. Al final, la familia ha roto todas las quinielas al optar por seguir y dar entrada en la dirección del grupo a la tercera generación.

Empresas del sector, como Jealsa-Rianxeira y Alfageme, habían echado sus cuentas para adquirir la empresa familiar gallega
Calvo lidera el sector conservero en España, al facturar 350 millones de euros, y se sitúa entre los cinco primeros grupos del mundo

Conservas Calvo, constituida en 1940 por una familia de seis hermanos, ocupa en la actualidad el liderazgo en el sector de las conservas en España, con una facturación de unos 350 millones de euros, y se halla entre los cinco primeros grupos conserveros en el mundo. Aunque opera en todos los segmentos de las conservas de pescado y mariscos, con ventas de unas 120.000 toneladas, así como con una nueva oferta de comidas preparadas, el eje de su actividad se concreta en las ventas de atún, donde existe una fuerte dependencia de la materia prima del exterior.

Conservas Calvo cuenta con dos plantas en las localidades gallegas de Carballo y Esteiro-Muros y tiene una cuota de mercado en el sector de las conservas del 18% en España y el 10% en Portugal, que, a efectos del grupo, se considera como un mercado doméstico. En Europa, el grupo se halla presente desde 1993 en Italia, con la empresa Nostromo, con una cuota de mercado en torno al 14%.

Aprovisionamiento

Sin embargo, la necesidad de asegurarse el aprovisionamiento de materias primas en terceros países, especialmente en el atún, hizo que la estrategia de crecimiento del grupo gallego se haya enfocado hacia el exterior. En el sector de las conservas, y muy especialmente en el atún, las mayores posibilidades de capturas y la disponibilidad de materias primas se hallan en terceros países, especialmente en Centroamérica y en Asia. Los menores costes de las capturas y de transformación, junto a las reducciones de aranceles en los países desarrollados, suponían la posibilidad de una mayor capacidad para competir de las industrias conserveras ubicadas en esas zonas.

Respondiendo a esa situación, la estrategia de crecimiento del grupo Calvo en los años precedentes se centró en el desarrollo de capturas con su propia flota en esas zonas, la construcción de plantas en esos países y la compra de empresas para entrar directamente en esos mercados.

Fruto de esa estrategia es la existencia de una flota propia de seis barcos atuneros, tres frigoríficos y dos unidades de apoyo en lo que afecta a las capturas. En lo que se refiere a su actividad en tierra, el grupo se implantó en Venezuela, donde un siniestro acabó con su planta. Así que en 2003 apostó por El Salvador, con la inversión inicial de 23 millones de euros, para llegar luego hasta los 60 millones.

Con la mirada puesta en el mismo mercado, en 2004 el grupo se hizo con el 80% del líder de las conservas en Brasil, Gomes de Costa, con una inversión de unos 20 millones de euros y con una clara posición en la producción de sardinas. Con esa misma estrategia, la empresa desembarcó en la localidad marroquí de Laayoune para la producción de sardinas y caballa.

Esfuerzos en los mercados exteriores

La política para competir con las conserveras de terceros países no ha dado hasta el momento los resultados esperados. Las cifras sobre su actividad exterior mermaron los resultados del negocio del grupo, con pérdidas tanto en los países suramericanos y centroamericanos como en Italia y en Marruecos.

Esta situación forzó al grupo en 2003 a una ampliación de capital, en la que dio entrada, con 24 millones de euros, a Caixanova, Caja Burgos y Caja de Castilla-La Mancha, mientras el 78,8% del capital restante quedaba en manos de la familia Calvo.

Pero ganar mercados fuera de la Unión Europea y el aprovisionamiento de materia prima a costes más bajos constituyen unos de los principales objetivos planteados por el grupo conservero Calvo en su estrategia inversora.

Desde su planta en El Salvador, los conserveros gallegos pretenden su acceso a todo el mercado centroamericano y, sobre todo, entrar en los países de Norteamérica: México, Estados Unidos y Canadá.

Con la compra del primer grupo conservero brasileño, Gomes da Costa, el objetivo de Calvo es consolidar el liderazgo en el mercado de ese país, pero, sobre todo, disponer de los medios suficientes para aumentar su presencia en los mercados de otros países de América del Sur como Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay.

Finalmente, desde la planta del grupo en Marruecos, el objetivo es abordar el mercado del norte de África a la vez que competir por cercanía en el propio mercado comunitario frente a terceros países.

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