Carreteras a cambio de petróleo
Construyen carreteras en Angola y Liberia, ferrocarriles en Sudán y Nigeria, y proveen de aviones y autobuses a Zimbabue. El trabajo de los chinos tiene como finalidad asegurarse que el petróleo y otros recursos como el cobre, el hierro o la madera se puedan transportar sin problemas.
Occidente tal vez considera el poder económico chino como una amenaza, pero en África se ve como una oportunidad procedente de un país sin un pasado como colonizador al que puede vender sus materias primas. Pero, además, China pertenece al Consejo de Seguridad de la ONU, con poder de veto, lo que hace que países con gobiernos débiles o corruptos busquen su amistad.
China ha utilizado su poder en el Consejo de Seguridad para proteger al Gobierno sudanés en el conflicto de Darfur y para entorpecer la imposición de sanciones. El 7% del petróleo que importa China procede de Sudán, donde ha construido gasoductos, una terminal portuaria y tiene intereses petrolíferos en Darfur. Pekín se ha embarcado en uno de los grandes proyectos africanos para la construcción de un puente entre Mozambique y Tanzania, y en este último país ha levantado un gigantesco hangar para cobijar a la aeronave más grande del mundo.
Pero es en Angola donde la inversión en infraestructuras es mayor y es el segundo proveedor de petróleo en China. Tras una guerra civil de 27 años, en 2004 el Gobierno chino aprobó la concesión de un crédito de 2.000 millones de dólares para infraestructuras.
Guinea Ecuatorial es otro de los países en los que China ha puesto sus ojos sin tener en cuenta la falta de democracia interna en la que fuera colonia española (EE UU tampoco lo ha tenido en cuenta y es su principal inversor).
De acuerdo con el estudio realizado por Alex Vines, La lucha por los recursos en África, publicado por el Instituto Surafricano de Relaciones Internacionales, la actuación china en África es una "bendición a medias". "En algunos países es interesante por su labor de reconstrucción como en Angola o Liberia; pero en otros, su papel ha ido en detrimento de la labor de países occidentales a favor de mayor democracia y transparencia".
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