Cuestión de palabras
Diego López Garrido y Federico Trillo cerraron la redacción final sobre realidad nacional
La voluntad política de querer buscar un acuerdo fue lo que hizo posible que pasadas las nueve de la noche del pasado martes la Comisión Constitucional del Congreso votara por unanimidad la propuesta de reforma del Estatuto andaluz. Durante más de siete horas socialistas y populares quitaron y pusieron comas y palabras para alumbrar una perífrasis digna de estudio: "El Manifiesto andalucista de Córdoba describió a Andalucía como realidad nacional en 1919, cuyo espíritu los andaluces encauzaron plenamente a través del proceso de autogobierno recogido en nuestra Carta Magna". Así fue cómo se negoció.
10.00 horas. Los populares Federico Trillo, Soraya Sáenz de Santamaría y Antonio Sanz se reúnen con Diego López Garrido, Alfonso Perales, Javier Torres Vela, Manuel Gracia y Luis Pizarro. El PP acepta asumir el término realidad nacional y el PSOE, retirar la referencia acerca de que el artículo 2 de la Constitución reconoce esa realidad. Aparentemente lo más difícil está hecho. Empieza entonces una negociación sobre si esa expresión debe figurar en el párrafo cuarto o el undécimo del Estatuto. Es decir, si se le da una lectura sólo historicista, como desea el PP, o se liga a la situación política actual, como quiere el PSOE. El citado manifiesto no aparece en el Preámbulo que aprueba el Parlamento andaluz ni como texto ni como hecho histórico de referencia, aunque López Garrido lo cita en su intervención en el pleno de admisión a trámite en mayo.
11.00 horas. El presidente de la Comisión Constitucional, Alfonso Guerra, anuncia que el Preámbulo se retrasará hasta las 16.30. El pesimismo cunde en los diputados ajenos a los múltiples contactos a varias bandas entre los negociadores. Torres Vela no se desprende del libro El ser andaluz de Manuel Clavero Arévalo y no para de leer unos folios que guarda en el bolsillo interior izquierdo de su chaqueta; Sanz, Gracia, Trillo, Sáenz de Santamaría y Perales, que ha actuado como jefe de los cocineros socialistas, abandonan la sala de la comisión. Arenas entra y sale.
12.30 horas. Cuando empieza el debate de las disposiciones adicionales se produce una maratón de intercambio de documentos. Perales y Sáenz de Santamaría -a la que Guerra llama "señora Soraya"- dan vueltas a la redacción pero sin ningún éxito. El clima de la negociación se enfría. Frases como "esto no me lo trago" o "esto no me gusta" son las que más se oyen.
13.45 horas. Se produce la votación favorable de dos títulos y las disposiciones adicionales. El 100% del articulado está pactado a tres bandas entre PSOE, PP e IU. Todo queda pendiente de las dos palabras del Preámbulo. Los negociadores ocupan sus escaños para participar en la votación. A su término, Guerra forma corrillo con diputados socialistas y se le oye decir: "No lo entiendo, que vaya aquí arriba o vaya aquí abajo. No lo entiendo".
14.15. Se produce el momento más crítico de la negociación. Al grupo de los socialistas se incorpora Francisco Caamaño, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. Los populares les hacen llegar que no pueden aceptar ninguna de las redacciones intercambiadas.
16.30 horas. Los socialistas piden una hora de receso. El bloqueo es total.
17.40 horas. Guerra anuncia otro retraso de una hora y aconseja a los diputados que cambien los billetes de regreso del AVE. En ese momento se toma la decisión de dejar la negociación en manos de sólo dos interlocutores: López Garrido y Trillo, que redactarán la fórmula final. El intercambio de correos electrónicos es intenso. López Garrido habla con Manuel Chaves. Trillo y Arenas con Mariano Rajoy. Todo es cuestión de palabras. Para el PP, que remarca que ya ha entregado la bandera mayor al aceptar realidad nacional, quiere que se utilice el vocablo "espíritu"; los otros, "expresión". "Pues ahora pon actualmente", dicen. "Pues no, plenamente". En el despacho donde se reúnen los socialistas la reflexión compartida es cómo van a explicar que no hay acuerdo porque se pone "espíritu" o "expresión". Todos están agotados.
18.55 horas. Guerra advierte de que si 15 minutos más tarde no está registrada la enmienda transaccional sobre el Preámbulo, los trabajos se reanudarán al día siguiente. El PSOE comunica a IU la redacción final, que la federación ve como una "sobreactuación retórica".
19.15 horas. Los socialistas ocupan sus escaños. Minutos después lo harán los populares. Arenas y López Garrido se estrechan las manos.
21.00 horas. La Comisión Constitucional vota por unanimidad -incluido PNV y ERC- el dictamen de reforma. Sólo se registran dos votos en contra de la delegación del Parlamento andaluz, los del PA, cuya portavoz se despidió con un apagado "viva Andalucía libre".
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