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Desarticulada una banda que robaba coches de lujo y los llevaba por piezas a Marruecos

Jesús García Bueno

El aparcamiento de la comisaría de los Mossos d'Esquadra en Badalona parecía ayer el escenario de una feria internacional del automóvil. Bajo un sol intenso, podían verse seis turismos de alta gama: dos BMW X5 de color azul metalizado, dos Audi A4 novísimos y dos potentes Toyota Land Cruiser. Su valor en el mercado: 300.000 euros. El problema es que, totalmente desmontados, los coches no estaban precisamente en perfecto estado. La policía autonómica se incautó de este valioso material -por otra parte, echado a perder- anteayer, cuando entró en un almacén del barrio del Gorg, en Badalona.

La operación policial ha permitido desarticular una banda que se dedicaba a robar coches de lujo en distintas localidades catalanas. Hasta ahí, todo normal. Lo peculiar de este grupo es su manera de proceder. Los cuatro detenidos -tres de nacionalidad marroquí y un español- sustraían el vehículo directamente en el concesionario o bien utilizaban la violencia contra algún conductor.

Pero en vez de tratar de venderlo en el extranjero, diversos mecánicos se dedicaban a desguazarlo de forma artesanal. Todas las piezas -el motor, los neumáticos, los retrovisores- las metían en furgonetas con destino a Algeciras. Sólo rechazaban los elementos de identificación del vehículo: la matrícula y el chasis. Este último "lo seccionaban hasta convertirlo en chatarra, que luego vendían", explicó Toni Almaida, jefe de investigación de los Mossos en Badalona. Desde Algeciras, los delincuentes -que tienen numerosos antecedentes- trasladaban el material hasta Marruecos en ferry. Si en algún momento del viaje las fuerzas de seguridad descubrían el material, sólo podían acusarles de "receptación de objetos robados, y no de robo", según Almaida.

El destino final era algún comprador norteafricano que, de hecho, encargaba previamente el modelo que quería a sus contactos. "Buscaban modelos y marcas concretas". Aunque a veces vendían las piezas como elementos de recambio, en la mayoría de las ocasiones recomponían lo descompuesto. "Volvían a montar todas las piezas, compraban un chasis y luego vendían el coche", dijo el jefe de investigación.

Una vez robados, los turismos permanecían en una nave industrial alquilada a tal fin. Según la policía autonómica, los cuatro detenidos, que ayer pasaron a disposición judicial, formaban parte de un grupo más amplio que desde 2004 se dedica a robar motos y, últimamente, coches de gama alta.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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