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Reportaje:

Un modelo multicultural velado

La polémica en Reino Unido por el uso del velo islámico reaviva la desconfianza hacia los musulmanes tras los atentados del 7-J

¿Puede ser el modelo multicultural británico una de las bajas colaterales de la guerra de Irak? Desde los atentados del 7-J ha ido en aumento la desconfianza hacia los musulmanes, y se ha puesto cada vez más de relieve la escasa integración de muchos inmigrantes que llegaron al Reino Unido en la segunda mitad del siglo XX y, peor aún, de sus hijos y nietos. La polémica desatada sobre el velo que utilizan para cubrir su cara algunas -muy pocas, en realidad- musulmanas británicas ha catalizado ese sentimiento en las últimas semanas.

A los pocos días de que Jack Straw, uno de los políticos laboristas más cercanos al electorado musulmán, planteara públicamente la necesidad de debatir sobre las consecuencias de separación entre ambas comunidades que tiene el uso del velo, trascendió que una escuela de Dewsbury, en el norte de Inglaterra, ha suspendido a una joven maestra por negarse a dar clase a cara descubierta a sus alumnos, de entre 7 y 11 años.

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Aunque la docente ha reconocido su condición de "víctima" de ese conflicto, un tribunal laboral ha negado que Aishah Azmi, de 23 años haya sido acosada, ni discriminada directa o indirectamente, por razones religiosas. El debate ha sido azuzado en los últimos días por el propio primer ministro, Tony Blair, que describió el velo como "una marca de separación" entre ambas comunidades.

División de opiniones

Los británicos parecen divididos e incluso desconcertados sobre el tema. Una encuesta de MORI revela que una muy fuerte mayoría opina que el ministro Straw ha hecho bien al suscitar el debate; que los velos son una ostensible declaración de separación; que las mujeres que lo visten se están segregando a sí mismas. Pero al mismo tiempo, tres de cada cuatro aceptan que las musulmanas tienen derecho a utilizarlo, que comprenden por qué lo hacen, y que no se sienten intimidados ante una mujer con la cara cubierta por el velo. Pero el 54% opina que las maestras no deberían utilizar el velo en clase y el 60% se opone a que lo vista una locutora de televisión o una mujer policía.

Faz Hakim, asesora del presidente de la Comisión por la Igualdad Racial (CRE, en sus siglas en inglés), ha dado la bienvenida al debate sobre el velo, pero ha advertido del peligro de que derive hacia la exigencia de impedir su uso. Pero a juicio del secretario general del Consejo Musulmán Británico (MCB), Mohamed Abdul Bari, "no hay duda de que estamos viviendo un incremento del fanatismo antimusulmán en Reino Unido y los comentarios de Jack Straw no son una ayuda".

El MCB cree que la polémica favorece a la extrema derecha y el hecho de que el Gobierno lo aliente "tiene el potencial de socavar las libertades en nuestro país, afectadas ya de manera gradual desde las atrocidades de julio de 2005".

Los musulmanes se sienten cada vez más perseguidos en un país en el que las estadísticas señalan que ser musulmán es sinónimo de estar en la parte baja de la sociedad. Un tercio de los musulmanes británicos vive en el 10% de las áreas más deprimidas del país, sus tasas de desempleo triplican la media nacional, y el 69% de los hogares musulmanes están por debajo del umbral de pobreza frente al 22% del conjunto de la nación.

Las cosas parecen ir a peor. Según la Comisión Islámica de Derechos Humanos, un 80% de los musulmanes declara haber vivido algún episodio de discriminación debido a su fe en 2004, frente a un 45% en el año 2000. El sentimiento de persecución ha aumentado aún más desde el 7-J. Los musulmanes son objeto de la inmensa mayoría de operaciones antiterroristas, a menudo, con el resultado de que los detenidos son puestos luego en libertad sin cargos, y el Gobierno emplaza un día tras otro a sus líderes a que se impliquen más contra el terrorismo.

Para el Consejo Musulmán Británico, eso equivale a señalar al conjunto de los musulmanes como responsables de los atentados del 7-J. Considerado un organismo moderado tras aquellos atentados, el MCB ha cargado contra el Gobierno tras el anuncio de que las ayudas a organizaciones musulmanas quedarán condicionadas a su grado de colaboración en la lucha contra el extremismo.

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