_
_
_
_
Reportaje:Fútbol | Séptima jornada de Liga

El código Capello

El técnico del Madrid trata de controlar no sólo la táctica, sino también la etiqueta o la gastronomía

Napoleón universalizó el Código Civil y Fabio Capello promulgó los códigos del Madrid. El técnico italiano ha labrado su mito a fuerza de dar órdenes. Al repasarlas, se observan normas de toda índole: de gastronomía, de etiqueta, de convivencia y de táctica. Muy pocas son originales -de hecho, hay jugadores que no se explican qué hay de especial en él que le da tanta fama-, pero suelen hacer efecto. Mañana contra el Barça el ordenamiento capellista se desplegará en todo su esplendor a través los códigos siguientes.

- Para entrenarse. Mejía explica que Capello fiscaliza cada detalle de los entrenamientos. "Está tan encima del jugador", dice, "que, si en un momento ve algo que no le gusta, interrumpe todo con un grito. '¡Esto es una puta mierda!'. Nos ha llegado a mandar al vestuario porque no estábamos trabajando fuerte. Este tipo de reacciones hacen que todo el grupo apriete". Según Mejía, para el técnico es muy importante entrenar la velocidad y el mantenimiento del balón a un toque. "Para conseguirlo hacemos muchas sesiones en campo reducido", dice el jugador; "es donde más se corre porque el balón nunca está fuera. Se presiona siempre y nunca se para. Al final, la hora y media se hace muy intensa".

- Para jugadores sin balón. Es la norma fundamental del régimen de Capello y afecta tanto a los desmarques como a la colocación cada vez que el equipo pierde la pelota. Fuentes de la cúpula del club aseguran que el capitán, Raúl, es para el técnico "la pieza clave del equipo porque es el único que hace movimientos sin la pelota". Raúl ha jugado 391 minutos, más del triple que Robinho. El brasileño, según las mismas fuentes, "no crea los espacios, sino que sólo se mueve cuando tiene el balón en los pies", mientras que Beckham "corre por correr; es un jugador para disputar un par de partidos, no para ser titular del Madrid". Mientras que Beckham sigue mostrándose incapaz de jugar sin la pelota, Robinho y Cicinho han invertido la opinión de Capello. Contra el Steaua, el italiano se sintió reconfortado al comprobar que Robinho "cogía los movimientos". Esto incluyó los desmarques en el ataque y los repliegues en la defensa. En Bucarest, Robinho, que es extremo, recuperó seis balones. Y en el ataque hizo lo que le mandó Capello. Según el jugador: "Me pidió que me abriera a la banda para recibir bien por fuera, ampliar el campo y desde ahí intentar desbordar o tirar la diagonal".

- Para delanteros con balón. "Conmigo, los delanteros tienen libertad total con el balón", asegura Capello, que no presta mucha atención al juego con la pelota. El goleador del equipo, Van Nistelrooy, asiente: "Los cuatro de arriba podemos hacer los movimientos que queramos porque se supone que los seis de atrás guardan la posición".

- Para sacar el balón jugado. Cannavaro tiene un axioma que delata la poca importancia que da Capello al ataque con la pelota: "Cualquiera puede iniciar las jugadas. ¡Hasta el portero con un pelotazo!". Alkorta, central muy apreciado por Capello en su primera etapa madridista, tipifica los distintos casos: "La clave es la movilidad. En nuestra época, los defensas no podíamos jugar a más de dos toques. Para eso necesitábamos que los cuatro centrocampistas y los dos puntas se movieran, todos, buscando el desmarque. Si no se movían, teníamos demasiado la pelota y permitíamos al equipo contrario que nos presionara. Si había problemas, había que recurrir al balón en largo. Si no, se lo dábamos a los laterales o a Redondo. ¡Ésa es la diferencia que hay con el Madrid actual! ¡Que no tiene a Redondo! Redondo y Seedorf tenían libertad para trasladar la pelota o pasarla a quien quisieran. Además de defender, eran creativos. Ahora, Emerson y Diarra son sólo defensivos".

- Para defensas. "Lo fundamental es la concentración", dice Alkorta; "debes estar al ciento por ciento pendiente del partido y no complicarte con la pelota en los pies. Capello quiere que los delanteros no se giren nunca. Le gustan los centrales rápidos y agresivos".

- Para defenderse a balón parado. Defienden los diez jugadores de campo más el portero.

- Para trepidaciones, horarios y trato con la prensa. Queda terminantemente prohibido llevar el teléfono móvil encendido en el vestuario, en las comidas y en los traslados. Asimismo, los jugadores deben presentarse a los entrenamientos media hora antes, bajo pena de multa. Según el departamento de comunicación del club, las entrevistas de los jugadores con la prensa, por orden del entrenador, no pueden traspasar los diez minutos.

- Para la comida. "La comida, en las concentraciones, suele ser la misma para todos. Incluso hay quien bebe vino o cerveza", dice un colaborador de Capello. "Fuera de ellas, cada uno se gestiona sólo. No podemos estar controlando a todos". El técnico ha decidido llevarse a un cocinero en los desplazamientos porque "conoce más que nadie la alimentación que precisa la plantilla". El jamón y el aceite de oliva no faltan nunca.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_