Washington frena la entrada de Caracas en el Consejo de Seguridad
EE UU y Europa dan su apoyo a la candidatura de Guatemala
Las espadas están en alto en Naciones Unidas. Venezuela tiene en marcha una intensa campaña diplomática para hacerse con uno de los dos asientos rotatorios reservados en el Consejo de Seguridad a América Latina y Caribe. EE UU, por su parte, pone la carne en el asador para que sea Guatemala la que se alce con el puesto que dejará vacante Argentina a finales de año. Europa también apoya al país centroamericano, en una votación en la que Caracas confiaba con barrer, sacando tajada al sentimiento antiamericano, pero que está totalmente enquistada.
La presencia de Venezuela durante los dos próximos años en el Consejo de Seguridad es una eventualidad que irrita a EE UU y puede suponer una victoria clave para Hugo Chávez, que en breve se presenta a la reelección como presidente. O una derrota, como se advierte en los pasillos de la ONU, donde se comenta que el ataque directo que lanzó contra su homólogo estadounidense, George Bush, al que llamó "diablo" en la última sesión plenaria de la Asamblea General, no ha hecho más que restar enteros a su candidatura, a favor de la de Guatemala.
En la sede de la ONU también se opina que Guatemala está teniendo dificultades para conseguir el apoyo de los dos tercios de la cámara que necesita para imponerse, porque algunos países ven detrás la mano de Washington. Un factor que Venezuela contaba con utilizar en su beneficio, pero que hasta ahora no se rentabiliza en votos. Caracas acumula una veintena de derrotas en las rondas celebradas y empató sólo una vez con Guatemala, que mantiene una ventaja de 30 puntos.
"Hegemonía imperialista"
Caracas ha estado presente en cuatro ocasiones en el órgano más poderoso de la ONU. Washington, por su parte, ocupa uno de los cinco asientos permanentes, con poder de veto. Chávez quiere que la presencia de su país en el Consejo de Seguridad sirva para dar "voz a los países del Sur" y hacer frente a lo que denomina como la "hegemonía imperialista" estadounidense. La Casa Blanca teme que la presencia de Venezuela afecte a la "integridad" de este órgano que vela por la paz y la seguridad.
El choque verbal es intenso. El embajador venezolano ante la ONU, Javier Arias, dijo que su país afronta el pulso con "dignidad". "Nuestros votos no son fruto de la presión ni de la amenaza. No tenemos a otro país haciendo la campaña por nosotros", explicó, mientras dejaba claro que seguirá en la batalla mientras su homólogo estadounidense, John Bolton, "no retire la presión y deje a cada país votar con libertad".
Bolton tampoco se da por vencido a estas alturas de la contienda y dijo estar dispuesto a aguantar el tiempo que sea necesario, recordando entre risas el largo recuento de votos que se vivió en Florida, tras las elecciones presidenciales de 2000 en EE UU. "Esto acaba de empezar", remachó, mientras destacaba la contribución de Guatemala a las operaciones de Paz de la ONU y su ausencia del Consejo de Seguridad. "Es una democracia emergente y todo esto les hace un candidato sólido", apostilló.
"¿No ven lo que está pasando?", preguntaba Arias Cárdenas, mientras enseñaba una foto de Bolton conversando con el embajador guatemalteco, Gert Rosenthal. "Nuestra batalla es con EE UU, no con Guatemala", precisó. Rosenthal negaba que hubiera una coordinación de estrategias con Washington en la defensa de su candidatura. "Hablamos con ellos como lo hacemos con otros países", dijo el diplomático. Éste añadió que no se avergonzaba por el apoyo que le ofrece el equipo de Bolton.
La votación no avanza y los países del grupo latinoamericano deben considerar si buscan un tercer candidato de consenso, que permita salvar la cara. En 1979 se vivió una situación similar. Colombia y Cuba luchaban entonces por un asiento, que al final se llevó México, tras 154 rondas.
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