La incertidumbre política y energética eclipsa la recuperación económica europea

El próximo viernes 20 de octubre, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reunirán en la localidad finlandesa de Lahti para establecer una estrategia común en las relaciones exteriores en materia de energía. Los líderes europeos han invitado a la cena al presidente ruso, Vladímir Putin, el gran proveedor europeo de gas y petróleo, que en las últimas semanas ha multiplicado sus desafíos con diversas anulaciones de licencias de explotación o participación de empresas occidentales en proyectos energéticos (Sakhalin-2, Chtokman, Khariaga y Lukoil).

En la agenda de la reunión figuran otros dos temas candentes: la innovación y, sobre todo, la inmigración, que mantienen a la UE dividida. Los asuntos de fondo como la Constitución y la ampliación, que tienen paralizado el proyecto político europeo, han sido aparcados o aplazados. Las incertidumbres sobre el futuro político y las amenazas explícitas en el frente energético oscurecen la boyante recuperación económica de la Unión Europea, la mejor desde hace seis años.

Esta sensación de crisis que se percibe en Bruselas se agudiza por la aparición de serias disensiones internas en el Ejecutivo comunitario, puestas de manifiesto por las recientes críticas del vicepresidente y comisario de Industria y Empresa, Günter Verheugen. El comisario alemán considera que el Ejecutivo comunitario ha perdido "el control del aparato por el excesivo poder de los funcionarios", que frenan sus planes de reducir el papeleo, la burocracia y la legislación.

Pero la batalla de fondo en el seno de la Comisión Europea está entre los intereses de los grandes grupos industriales, que en parte representa Verheugen, y las iniciativas de los comisarios que defienden a los ciudadanos, los consumidores. Este segundo frente está formado por los altos funcionaros de los comisarios Stavros Dimas (Medio Ambiente); Markos Kyprianou, Salud y Protección de los Consumidores, y Viviane Reding, con la cartera de Sociedad de la Información, cuya propuesta de reducir en un 70% los costes de roaming, de las llamadas telefónicas internacionales, intentó ser diluida por parte de Verheugen. La crisis interna ha puesto en un aprieto al presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durão Barroso, que por una parte se presenta como el adalid de la lucha por la simplificación administrativa, pero que por otra enarbola también la bandera de los consumidores.

La patata más caliente

La patata caliente del Tratado Constitucional, que la actual presidencia de Finlandia había calificado de "nuestra primera prioridad", ha sido pasada discretamente a Alemania, que ejercerá su mandato al frente de la UE durante el primer semestre de 2007. La canciller Ángela Merkel ya ha anunciado su propósito de reanimar "con ambición" el Tratado Constitucional, pero con extrema cautela ha alargado de nuevo el calendario de una posible resolución. "Necesitamos el Tratado antes de las elecciones europeas de 2009", ha precisado.

En cualquier caso, la Constitución europea será un asunto tabú hasta después de las elecciones de Francia de la próxima primavera. Mientras el candidato conservador y actual ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, es partidario de un "mini Tratado", la aspirante a la candidatura socialista, Ségòlene Royal, partidaria de "tomar el tiempo necesario para la concertación y maduración".

Esta perspectiva de incertidumbre en el horizonte político de la UE coincide no obstante con un momento de fuerte recuperación económica. La zona euro crece a un ritmo del 3,5% anual, el más alto desde 2000, frente al 2,6% de EE UU y el 1% de Japón. "Estamos registrando las condiciones más boyantes en muchos años", señala el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, que pronostica "más buenas noticias para la segunda parte del año". El impulso económico ha permitido reducir el desempleo por debajo del 8% y aumentar la productividad el 2%.

Una recuperación económica que precisa despejar los interrogantes políticos para su consolidación. Algunos asuntos que requieren decisiones más urgentes como la inmigración figuran también en la agenda de la cumbre de Lahti. El presidente finlandés, Matti Vanhanen, atendiendo en buena parte a las peticiones españolas, ha dirigido una carta a varios de los líderes europeos, entre los que figura el primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero, en la señala que los Veinticinco "deben elaborar una exhaustiva y efectiva política de migración que una debidamente los asuntos de la inmigración ilegal, la legal y la integración". Uno de los objetivos es desarrollar acuerdos de asociación con los países de origen y tránsito.

Tal como señaló Vanhanen en el Parlamento Europeo, "las presiones migratorias están causadas por un serio fracaso en el desarrollo de las regiones subsaharianas de África", por lo que "la construcción de mejores vallas es sólo una solución a corto plazo". Los líderes intentarán superar la profunda división que en materia de emigración existe en la UE. Tal como quedó patente en el consejo de Tampere, Alemania, Austria y Holanda, y el candidato a la presidencia francesa Nicolas Sarkozy, se oponen a las demandas de una política europea sobre inmigración y ayuda financiera, que plantean España, Italia, Grecia y Malta, los que soportan mayor avalancha de inmigrantes a través de su costas.

Impulso en la innovación

Finlandia, con el éxito de experiencias como la de Nokia en su haber, quiere dar un impulso especial a la innovación. La UE sigue arrastrando los pies en este territorio al que sólo dedica el 1,9% de su PIB, frente al 2,6% de EE UU y 3,2% de Japón. Para el Reino Unido, "la reforma del sistema universitario europeo es vital en esta materia".

[El ministro español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, se entrevistó ayer en Ankara con el presidente de Siria, Bachar el Asad, y con su homólogo turco, Abdullah Gul, con los que trató la situación del proceso de paz en Oriente Próximo. Antes de salir hacia Chipre, Moratinos declaró: "Discutimos sobre la región. Tenemos posturas comunes, un análisis común y un compromiso mutuo"].