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Reportaje:

En busca del preciado voto familiar

La derecha propone cheques para familias con discapacitados y niños, y la izquierda pide más equipamientos

Los partidos de izquierda no quieren que la derecha patrimonialice, una vez más, la idea de la familia. Y en la primera campaña sin Jordi Pujol en primera línea adoctrinando sobre este asunto, piensan jugar a fondo la carta de que los progresistas, aunque con diferentes modelos, también tienen una familia que defender.

El candidato del Partit dels Socialistes (PSC), José Montilla, se empleó ayer a fondo en proclamar esta idea durante una reunión que mantuvo en Barcelona con representantes de entidades sociales. Su mensaje fue claro: "El Estado no tiene sentido si los derechos de todos los ciudadanos no se cumplen".

Montilla criticó una de las bazas de la derecha para estas elecciones: los cheques. O lo que es lo mismo: una cantidad fija que percibirían todas las familias con discapacitados o hijos menores a su cargo, tengan o no esta necesidad económica. "Lo que hay que hacer es gastarse el dinero en construir equipamientos que garanticen el derecho universal a acceder a determinados servicios a los que hoy en día no puede acceder la población con menos recursos económicos", añadió la consejera de Bienestar y Familia, la también socialista Carme Figueras.

Todos coinciden en decir que las ayudas no deben limitarse a la familia tradicional
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Convergència i Unió (CiU), en cambio, cree que el hecho de repartir una cantidad fija "cohesiona a toda la sociedad", explicó su diputado Josep Lluís Cleries. "La Administración no debe dar apoyo únicamente a las rentas más bajas. Las medias no pueden quedar excluidas", añadió.

La federación nacionalista propone repartir diferentes tipos de cheques. Entre ellos, el cheque nacimiento -dirigido a las familias que acaban de tener, adoptar o acoger a un hijo-, el cheque vivir en familia -para los discapacitados que residan con sus familias- y el cheque apoyo escolar -dar 100 euros al principio del curso.

Por su parte, el Partido Popular reivindica la paternidad de los cheques. "Fuimos los primeros en proponerlos", recordó ayer Montserrat Nebrera, el fichaje estrella de Piqué para las listas de los populares. El PP apuesta por que todas las familias con hijos menores de 16 años cobren una determinada cantidad. En el caso de las que tienen hijos de entre 0 y 6 años, la cifra debería situarse en 900 euros mensuales. También propone un cheque residencia (300 euros para las personas discapacitadas para afrontar el coste de una residencia o de los servicios domiciliarios), y otro de 12.000 euros, dirigido a los menores de 35 años que adquieran un piso. Nebrera destacó que esta medida no significa eliminar las ayudas a quienes disponen de menos recursos.

La candidata de Esquerra Republicana (ERC) y ex consejera de Bienestar y Familia, Anna Simó, coincidió con Figueras en afirmar: "La solución no pasa por cheques, sino por planificar correctamente la red pública de residencias, guarderías y servicios sociales". En este sentido, Simó recordó que los independentistas no entrarán en un "mercado de Calaf" que reparta dinero de manera indiscriminada.

En su programa electoral, ERC propone incrementar en el 15% las prestaciones de carácter universal y en el 20% las que dependen del nivel de renta de los beneficiarios en los próximos años. También pide crear una ayuda mensual para los núcleos monoparentales, y un fondo de garantía de las pensiones impagadas, entre otras medidas. El objetivo de ERC es que el gasto del Departamento de Bienestar y Familia represente el 1,5% del producto interior bruto catalán.

Iniciativa Verds-Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA) también propugna reforzar las políticas sociales con el propósito de llegar a un escenario de "pobreza cero". En este sentido, plantea medidas como la renta básica.

Los cheques enfrentan a la izquierda y a la derecha, pero todos coinciden en otros ámbitos relacionados con la familia. Entre ellos sobresale la necesidad urgente de que la Administración potencie la conciliación de la vida familiar y laboral.

Otra coincidencia es que todos creen que las ayudas no sólo tienen que repartirse entre los matrimonios convencionales, sino entre los homosexuales y las parejas de hecho. Eso sí, Nebrera matiza: "Las raíces de nuestra civilización son las cristianas y concebir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer".

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