El BCE eleva el precio del dinero al 3,25% y sugiere otra subida este año
Persiste el riesgo de inflación en un contexto de crecimiento económico "vigoroso"
El precio del dinero se aleja poco a poco de los niveles extraordinariamente bajos en los que se ha movido en los últimos años. El Banco Central Europeo (BCE) subió ayer un cuarto de punto los tipos de interés para todos los países que comparten el euro, hasta el 3,25%, y sugirió que lo hará una vez más en diciembre. La autoridad monetaria intenta frenar una eventual alza de la inflación derivada de una recuperación económica que califica de "vigorosa", aunque con mayores incertidumbres. La subida de ayer sitúa el precio del dinero en el nivel más alto desde noviembre de 2001.
El anuncio de la cuarta subida de los tipos de interés en lo que va de año se produjo en París, durante una conferencia de prensa en la que Jean-Claude Trichet, gobernador del BCE, expuso su visión de la zona euro a corto y medio plazo. De las palabras de Trichet se dedujo que aún es posible un nuevo aumento -de otro cuarto de punto, muy probablemente- antes de que acabe el año. "Yo no diré nada que pueda contradecir el sentimiento de los mercados" dijo Trichet.
Pese a ser el más alto de los últimos cinco años, el precio del dinero, en opinión de los responsables del BCE, sigue siendo moderado y deberá seguir siéndolo gracias a la bajada reciente de los precios del crudo, que reducen los peligros inflacionistas. En cualquier caso, si hace falta "se seguirá manteniendo la capacidad de adaptación de la política monetaria" o, lo que es lo mismo, si el crecimiento económico va acompañado de inflación, el BCE no dudará en subir los tipos de interés.
Los ojos del BCE no observan con inquietud sólo el precio del petróleo, sino también las subidas previstas de los impuestos indirectos y de los servicios administrativos. Además, las grandes facilidades concedidas por los bancos del sector privado a sus clientes deseosos de crédito también alimentan ese riesgo de inflación que, en 2006 y en 2007, podrá situarse en torno al 2,4% en vez del deseado 2%.
En todo caso, de momento no se avistan temores inflacionistas. Los precios de consumo se situaron en el 1,8% en septiembre, según el avance hecho público por Eurostat, la oficina estadística comunitaria. La cifra es dos décimas inferior al límite máximo que fija el BCE como objetivo. A pesar de ello Trichet admitió: "El relanzamiento de la economía aparece ahora ligeramente más sólido de lo que permitían intuir los datos de los que disponíamos antes".
Según el gobernador del BCE "el crecimiento sostenido de la zona euro se beneficia ahora de que se hayan reunido las condiciones que lo hacen posible a un ritmo próximo al de su potencial", es decir, por debajo de la línea roja que indicaría recalentamiento y necesidad de frenazo.
El relativo agotamiento del ciclo estadounidense y el hecho de que se espere una ligera inflexión a la baja del progreso de la economía alemana no son garantías suficientes contra el temor que despierta la inflación. "Si es necesario actuaremos, pero nuestras decisiones no están predeterminadas, sino que se basarán en cifras y estadísticas", mantuvo un Trichet encantado de manejar como pocos la logomaquia tecnocrática de su admirado Greenspan, el anterior responsable de la Reserva Federal (banco central estadounidense), que llegó a coronar alguna de sus explicaciones a los periodistas con un "si me han entendido es que me he explicado mal".
Por unanimidad
El aumento acordado por el BCE ha sido adoptado "por unanimidad" y en ningún momento se estudió la posibilidad de que fuese superior, pues "ésa no hubiera sido la decisión apropiada". Trichet dijo: "Vamos a vigilar de muy cerca" los riesgos de inflación, sobre todo porque el sector inmobiliario sigue mostrándose "muy dinámico", aunque los últimos datos muestran que en capitales como Londres, París o Madrid parece haberse frenado la fiebre alcista, cuando no haber empezado un ligero retroceso de los precios.
Trichet no renunció a su tradicional demanda de "moderación" destinada a los representantes de los sindicatos y la patronal en lo que se refiere a "las negociaciones salariales".
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