El brazo armado de Fatah amenaza de muerte a los líderes de Hamás
O el presidente palestino, Mahmud Abbas, es incapaz de mantener a raya al brazo armado de su partido, Fatah, o sus llamamientos a la calma se contradicen con sus órdenes. Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, la caótica milicia de Fatah, difundieron ayer un comunicado en el que amenazan con asesinar a prominentes líderes de Hamás. Apunta nombres y apellidos: el líder islamista en el exilio, Jaled Meshal, residente en Damasco; el ministro del Interior, Siad Siam, y Yusef Zahar, un alto funcionario de este departamento. Un paso más en una oleada de violencia que nadie sabe en qué desembocará.
Desde el domingo han muerto una docena de hombres armados de ambos bandos y transeúntes inocentes en las refriegas que siguen a las protestas por el impago de los salarios a los funcionarios. En las algaradas, alentadas por dirigentes de Fatah, las víctimas han sido milicianos de a pie o agentes de la pléyade de cuerpos de seguridad que pululan por las calles de Cisjordania y Gaza.
"Nosotros, las Brigadas de Al Aqsa, anunciamos con toda nuestra fuerza y sinceridad, a los que gobiernan al pueblo en nuestra patria y en el exilio, que ejecutaremos a los responsables de la sedición", reza el comunicado antes de precisar las identidades de Meshal, Siam y Zahar, hermano del ministro de Exteriores, Mahmud Zahar. De cumplirse la amenaza, la respuesta, pocos lo dudan, se antoja contundente. Mushir al Masri, diputado de Hamás, aseguró: "Si alguno de ellos es alcanzado, no habrá piedad".
Disolver el Gobierno
Llama la atención que hablen de sedición quienes no han respetado los resultados de los comicios de enero, en los que triunfó Hamás, quienes en los últimos días destrozan puestos de comerciantes que rechazan secundar la huelga decretada a la brava, quienes han incendiado edificios oficiales y sedes de los islamistas, y quienes bloquean carreteras y fuerzan el cierre de escuelas en infinidad de ciudades y pueblos palestinos. Hamás habla abiertamente de intento de golpe para defenestrar al paralizado Gobierno del primer ministro Ismail Haniya.
La presión para que Abbas -quien hoy se reúne en Ramala con la jefa de la diplomacia de EE UU, Condoleezza Rice- disuelva el Gobierno y convoque elecciones crece en sus propias filas. Pero el temor a que Fatah no remonte en las urnas es evidente. Una encuesta dada a conocer ayer refleja un empate técnico entre Hamás y Fatah.
Así las cosas, pasan inadvertidos los muertos que a diario causa la aviación israelí en Gaza. Un hombre falleció ayer en un bombardeo cerca de la ciudad de Jan Yunis. Un portavoz militar afirmó que el Ejército sospechó que el edificio alcanzado albergaba una fábrica de armas. Fue suficiente la sospecha.
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