La juez deja en libertad con cargos al cantaor Capullo de Jerez
Patricia Gómez, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Jerez, dejó ayer en libertad provisional con cargos al cantaor de flamenco Miguel Flores, más conocido como Capullo de Jerez, detenido el sábado por haber intentado, supuestamente, rociar con gasolina a un menor. "Antes de hacer eso me pego un tiro", dijo Capullo de Jerez tras abandonar las dependencias policiales. La abuela del bebé cambió su declaración inicial y admitió ante la juez que el cantaor no intentó quemar con gasolina al menor de 20 meses como su hija, y madre del pequeño, había denunciado el sábado en comisaría. Sin embargo, Capullo deberá presentarse en la sede judicial una vez al mes, ya que persisten los cargos por amenazas. El artista volvió ayer a su casa tras haber pasado los tres últimos días en los calabozos de la policía.
El abogado de Miguel Flores, Pedro Pérez, pedirá el sobreseimiento de parte del procedimiento, después de que la familia del bebé "haya retirado los cargos" del delito de tentativa de homicidio. Según el letrado, "la abuela del menor no se leyó hasta el lunes la declaración policial que había hecho su hija y, fue entonces, cuando decidió retirar la denuncia, al reconocer que Capullo en ningún momento había atentado ni contra el bebé ni contra nadie". "Imagino que la conciencia no le dejaría dormir", añadió el abogado. Capullo de Jerez ha quedado, como se recoge en el auto, "en libertad provisional", ya que aún deberá responder de la imputación por un presunto delito de amenazas hacia la abuela del bebé.
Miguel Flores fue detenido en la tarde del sábado. Tras pasar una noche de copas con los amigos se dirigió al bar El Cazador, de Jerez. Allí protagonizó una pelea con el novio de la madre del bebé, quien, según la familia del artista, le propinó varios golpes en la cara que el cantaor, de momento, no ha denunciado. Horas más tarde, la abuela del bebé, que llevaba al menor en un carrito, se acercó a la casa de Capullo para preguntar por el enfrentamiento. Fue entonces cuando se sucedieron los insultos y las amenazas.
Babelia
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