Cierre de filas ante el 1-N

El día de ayer evidenció hasta qué punto los partidos catalanes ya están inmersos en una campaña electoral que, oficialmente, no empieza hasta dentro de 15 días. Todos ellos organizaron actos y compitieron en poder de convocatoria. CiU proclamó a Artur Mas como candidato a la presidencia de la Generalitat. El resto -Partit dels Socialistes, Esquerra Republicana, Iniciativa per Catalunya y Partido Popular- celebraron sendas convenciones para desgranar su programa con vistas a las elecciones del 1 de noviembre. Pero si algo quedó claro es la aparente unidad y cohesión interna que exhiben las formaciones políticas cuando deben competir en unas elecciones.

Los nacionalistas Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida, por primera vez, no desentonaron en un mitin, que congregó a 2.500 personas en un pabellón deportivo de Barcelona. Otro tanto ocurrió en la Convención Nacional del PSC, donde el todavía presidente Pasqual Maragall se deshizo en elogios hacia el candidato José Montilla.

aragall agradece a Montilla su impulso al Estatuto y asegura que el recurso ante el Tribunal Constitucional disipará las dudas sobre su validez

M Mas y Duran se comprometen a no pactar con el PP para alcanzar la Generalitat y piden un apoyo masivo para impedir otro tripartito

Piqué defiende "tolerancia cero" con la inmigración ilegal. Puigcercós y Carod aparcan diferencias ante las encuestas adversas

Y en casa de los republicanos, los otrora enfrentados Josep Lluís Carod Rovira y Joan Puigcercós, presidente y secretario general de Esquerra Republicana, respectivamente, orillaron sus diferencias y se presentaron ante la militancia como una "pareja de hecho", afirmaron. Para redondearlo, Josep Piqué no desentonó ni un momento con el discurso de la dirección nacional del Partido Popular. E Iniciativa per Catalunya y Esquerra Unida i Alternativa apostaron por reeditar el tripartito después de una legislatura en el poder que, en toda su reciente historia, ha conseguido unir a las dos formaciones a la izquierda del PSOE.

Con un discurso sin fisuras, los dos principales dirigentes de CiU intentaron dejar claro un único mensaje: al Partido Popular, ni agua. Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida renegaron de los populares y descartaron cualquier pacto poselectoral para que CiU vuelva a recuperar la presidencia de la Generalitat. En una fiesta mitin de proclamación de Mas como candidato, éste exhortó al resto de los partidos a desvelar sus futuras alianzas y descartó aspirar a la presidencia si pierde los comicios.

Aunque las encuestas señalan a Artur Mas como favorito, tanto él como Duran llamaron a su gente no sólo a ganar las elecciones sino a lograr una victoria tan contundente que frene cualquier ansia de la izquierda a reeditar el tripartito. Tanto Artur Mas como el democristiano Josep Antoni Duran Lleida no albergan dudas de que socialistas, Iniciativa y Esquerra firmarán de nuevo el Pacto del Tinell si suman mayoría absoluta. "Si el PSC ha apartado a Pasqual Maragall y a Joan Clos y han hecho eso con los suyos, imaginaros qué son capaces de hacer con CiU para impedir que volvamos a gobernar", proclamó Mas para presentar a unos socialistas sin escrúpulos y ansiosos de poder para alcanzar la presidencia de la Generalitat.

CiU, y así lo repitieron ambos dirigentes, pretende gobernar en solitario, con cómodas y puntuales alianzas parlamentarias. Para ello no descartan a nadie, sólo al PP, al que culparon de practicar una política "hostil" contra Cataluña. "No gobernaremos con el PP, porque le han hecho la vida imposible a Cataluña durante los últimos tres años", manifestó Duran. "Ni queremos acuerdos con el PP ni sus votos para llegar al Gobierno de Cataluña", añadió en sintonía con Mas.

Los abrazos y arrumacos de Pasqual Maragall y José Montilla en el escenario del Palacio de Congresos de Cataluña también ayudaron a dar una imagen más cohesionada de lo que es habitual entre el presidente saliente de la Generalitat y el candidato socialista a presidirla. Montilla, que en principio no tenía previsto intervenir ayer, tomó la palabra en la convención socialista para, dijo, "presentar" a Maragall, a quien atribuyó el mérito de haber situado al PSC como primer partido de Cataluña. Por eso le expresó su admiración. Maragall le respondió situándolo entre los que más han hecho para lograr el nuevo Estatuto. Un texto que, por cierto, ya le parece bien que haya sido recurrido ante el Tribunal Constitucional. "Eso es bueno para que no quede ninguna duda sobre su validez", dijo Maragall.

Los dos dirigentes de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod Rovira y Joan Puigcercós, también aparcaron sus discrepancias y, frente a los resultados de las encuestas que señalan el descenso de la formación en las elecciones del 1 de noviembre, ambos mostraron en público admiración mutua y alabaron su respectiva aportación a ERC. "Somos pareja de hecho política. Juntos hacemos una piña", declaró Carod Rovira, que quiso hacer un reconocimiento público a Puigcercós por haber aceptado abandonar el Congreso para sumarse como número dos a las listas en Cataluña. A su vez, Puigcercós reivindicó el papel de Carod como ideólogo del nuevo rumbo de ERC a partir de 1986.

El líder del PP de Cataluña y candidato a la presidencia de la Generalitat, Josep Piqué, centró su discurso en aspectos estrictamente programáticos para presentarse como una garantía contra la inmigración irregular. Por ello prometió "tolerancia cero" con este fenómeno. En el otro extremo del arco parlamentario, el candidato de ICV-EUiA, Joan Saura, erigió a su coalición en la única fuerza de izquierdas capaz de "plantar cara" a la derecha, pues a su juicio tanto el PSC como ERC son "vulnerables" ante los intereses de la derecha.