Padres e hijos
.Una sola secuencia, de aterradora, esclarecedora violencia soterrada, sirve al tiempo para iluminar sobre las intenciones y los logros de esta película singular, una comedia negrísima y amarga como el acíbar, que es la segunda del inteligente Víctor García León, hijo de José Luis García Sánchez. Juan Diego, actor cincuentón a quien literalmente le ha caído del cielo un hijo gorrón ya en la treintena y a quien apenas conoce, llega con su vástago a casa, después de una noche larga, alcohólica y tormentosa. Hay poca luz y como cena, tan sólo un tupper con espaguetis fríos; ambos se ponen a comérselos, acercando ora el recipiente a uno, ora al otro, sin palabras, sin nada más que no sea una ominosa sensación de derrota compartida.
VETE DE MÍ
Dirección: Víctor García León. Intérpretes: Juan Diego, Juan Diego Botto, Cristina Plazas, Rosa María Sardá, Esperanza Roy, José Sazatornil. Género: drama, España, 2006. Duración: 90 minutos.
De eso va la película de García León: de perdedores que comen comida fría, de sentimientos sepultados bajo muchas capas de intereses mezquinos y de mentiras interesadas; de seres que pretenden vivir en su provisional felicidad, sólo para descubrir que el pasado les rebota desde el fondo de la pista unas responsabilidades que ni tan siquiera pretenden cumplir con un atisbo de decencia. Inmensa función construida a la medida de dos grandes intérpretes, los dos Juan Diego, Vete de mí rezuma, como también lo hacía Más pena que Gloria, una de las comedias generacionales más astutas del cine español de la última década, capacidad de observación, agudeza para la construcción de tipos humanos perfectamente reconocibles y una inmensa, vengativa mala baba.
Porque en perfecta consonancia con los tiempos que corren, García León no toma partido por nadie: su propuesta contempla por igual las razones de uno y de otro personaje; incluso hasta en la forma de no estar de un tercero (concretamente, la madre/esposa, Rosa María Sardà) hay una comprensión subterránea: cómo se puede vivir con cualquiera de estos dos enormes, inconscientes egoístas, parece sugerir García León; sólo en la fuga está la respuesta. Y el director y su guionista, otro ilustre hijo de artista, Jonás Groucho Rodríguez, el hijo de Fernando Trueba, no le sacan las castañas del fuego a sus criaturas: allá ellos, parecen sugerir; ya tienen suficiente edad como para hacerse con las riendas de su vida.
Filme tan formalmente desastrado como sus personajes, amargo tras su brillante apariencia de comedia de padres e hijos, Vete de mí es la confirmación del talento de un cineasta que es ya mucho más que una promesa. Y una segura recomendación para amantes de los conflictos que sacuden la vida de las familias... que somos casi todos.
Babelia
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