Picasso 'superstar'

Para los pintores americanos que como Jackson Pollock abandonaron las formas para abrazar la abstracción total, Pablo Picasso fue la personificación de las vanguardias europeas. No sólo tenía talento y valentía creativa. También fue el hombre que inventó el concepto de artista-celebridad, el primero que vio el potencial de conseguir que su foto estuviera en todas las revistas. No le hizo falta pisar América. "No le gustaba viajar y además, a veces la rumorología es más poderosa que la persona. Se le conocía tan bien por sus obras, sus fotos y sus anécdotas que no necesitaba venir".

Son las palabras de Adam D. Weinberg, director del Whitney Museum of American Art de Nueva York, donde hoy se inaugura una de las mejores exposiciones de su historia, según Weinberg, dedicada al efecto que Picasso tuvo en el arte americano de todo el siglo XX e incluso del XXI. Con 170 cuadros, que incluyen 40 del propio Picasso, y algunos jamás mostrados como obras de 2003 de Jasper Johns, la exposición Picasso and american art mostrará hasta el próximo 28 de enero, la influencia del artista en la transformación del arte contemporáneo, que llevó al expresionismo abstracto, la gran revolución artística que nació al otro lado del Atlántico durante la posguerra.

Centrada en el análisis de la obra de nueve artistas -Roy Lichtenstein, Jackson Pollock, David Smith, Willem de Kooning, Jasper Johns, Arshile Gorky, John Graham, Stuart Davis, Max Weber-, la exposición, que también exhibe a Andy Warhol o a Louise Burgeois, permite entender también la popularidad de Picasso a través del efecto que tuvo en los artistas norteamericanos.

Quizá por eso, aunque su capacidad creativa se extinguió con su muerte en 1973, Picasso sigue estando de moda. Sus obras siguen batiendo récords en las subastas y llenando las salas de las mejores instituciones de arte del planeta y su rostro sigue siendo el único de un pintor, junto al de Warhol, -su alumno aventajado en cuanto al arte de cultivar la fama-, que cualquiera puede reconocer como si se tratara del de una estrella de rock. "Tenía muchos estilos diferentes, era atrevido, valiente y eso cautivó a los americanos. Además, desde el principio entendieron que Picasso era un español que se había hecho famoso en París, era un outsider, como ellos, inmigrantes y eso les acercó más a él", explicaba ayer durante la inauguración Michael Fitzgerald, comisario de la muestra.

Su talento, su atrevimiento y su falta de complejos o barreras pictóricas explicaría su influencia a lo largo de todo el siglo XX pero Picasso sigue siendo, tres décadas después de su muerte, el paradigma del artista famoso. La fotografía en la que aparece con su camiseta a rayas se vende, en alguna de sus múltiples versiones, en la mayoría de las tiendas de los museos del mundo como si fuera una obra de arte en sí misma. "Es muy difícil separar la biografía de un artista de su obra y de su legado. No es como la ciencia o la medicina, donde la vida privada no se mezcla en absoluto con el trabajo. Picasso pintaba a sus amantes, a sus esposas, nunca trató de separar su vida personal de su obra. Y nuestra cultura, sobre todo en las últimas décadas, tiende a mitificar a la gente. A Picasso no le importó que pasara eso. Es más, en cierto modo lo impulsó. Dejó que su fotografía apareciera en todas las revistas, era muy consciente del poder de su imagen, y la cuidaba", aseguraba ayer Dana Miller, comisaria asociada de la exposición.

"Luego vino Pollock, que aprendió a jugar con el concepto de ser artista y por eso hoy todos recordamos al creador feroz, borracho, que se estrelló en su coche y murió antes de tiempo. Luego llegó Warhol, quien de forma muy consciente fue el primer artista superstar. Warhol manufacturó a su propio personaje, Picasso también lo hizo pero sin tanta premeditación", afirma Miller.

Pero antes de que Picasso se convirtiera en la mayor estrella del firmamento artístico del siglo XX, necesitó que alguien confiara en él. El Museo Metropolitan de Nueva York inauguró la pasada semana una exposición titulada Cezanne to Picasso, Ambroise Vollard Patron of the Avant-Garde. Se trata de una apasionante muestra dedicada al primer marchante de arte que tuvo Picasso, el mismo que impulsó la carrera de Cezanne o Matisse, entre otros. En la exposición, que puede verse hasta el 7 de enero, hay toda una sala dedicada a la obra del pintor español, a quien Vollard le ofreció su primera exposición individual en 1901 en París, cuando Picasso aún era un joven de 19 años que apenas balbuceaba francés pero a quien ya le sobraba el talento.