Doce diputados colombianos secuestrados desde 2002 por las FARC piden ayuda a Francia y España
"Les habla Rufino Varela y hoy es martes 6 de agosto de 2006. Llevamos 56 meses secuestrados y nuestra salud se está deteriorando". Así empieza uno de los dramáticos testimonios de los 12 diputados del Valle -departamento al oeste del país-, grabados en un vídeo enviado el domingo por las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC, la principal guerrilla del país) a las autoridades locales.
Los políticos, que fueron capturados en la Asamblea departamental, en pleno centro de Cali -tercera ciudad del país-, en una operación espectacular en abril de 2002, piden que Francia, Venezuela y España, entre otros, contribuyan a negociar un intercambio humanitario que ponga fin a su pesadilla de cuatro años y cinco meses.
Forman parte del grupo de 53 rehenes canjeables, con los que las FARC pretenden negociar la libertad de todos sus combatientes presos. En el grupo están la ex candidata presidencial franco-colombiana Íngrid Betancourt y un niño de apenas dos años, hijo de la también canjeable Clara Rojas.
El vídeo, de hora y media de duración, fue enviado al ex asesor de paz departamental y lo vieron por la tarde los familiares de los secuestrados, muchos de ellos llorando, en un salón del Ayuntamiento de Cali. Se trata de la sexta prueba de supervivencia que se recibe de los diputados secuestrados.
"Estos meses han sido de persecución, marchas agotadoras, hambre y enfermedad. El secuestro no es un paseo, es lodo espeso que embadurna hasta los tuétanos", dijo Juan Carlos Narváez, quien en el momento de ser retenido era presidente de la Asamblea. Aprovechó los pocos minutos que les dieron sus captores para leer una carta a Álvaro Ley, comisionado por el Gobierno para llevar las negociaciones con las FARC. Como los otros parlamentarios, Narváez pide la desmilitarización de Pradera y Florida, municipios del Valle, como lo exige la guerrilla, y la implicación de la comunidad internacional en un posible intercambio de presos.
Otro secuestrado, Ramiro Echeverry Sánchez, se dirigió al presidente colombiano, Álvaro Uribe: "Pido al presidente Uribe y a los líderes de las FARC que se abstengan de hacer declaraciones a los medios de comunicación si no tienen la voluntad real de alcanzar un intercambio humanitario".
La liberación de los rehenes es uno de los asuntos más delicados a los que se debe de enfrentar el presidente Uribe después de su reelección en mayo.
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