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Dos pistoleros matan a la responsable de los asuntos de la mujer en Kandahar

Dos pistoleros que se desplazaban en motocicleta tirotearon ayer, cuando salía de su domicilio, a Safia Amajan, responsable del departamento de asuntos de la mujer en la provincia de Kandahar, al sur de Afganistán. Amajan fue alcanzada en la cabeza y falleció en el acto, según declaró un sobrino llamado Farhard. "Era una persona que carecía de enemigos", explicó el familiar sin atreverse a señalar la responsabilidad de un grupo concreto. Los talibanes, que han asesinado a cientos de funcionarios y altos cargos en su guerra contra el Gobierno de Hamid Karzai, reclamaron la autoría del atentado.

Amajan se encargaba de los asuntos de la mujer en Kandahar desde meses después de la caída del régimen talibán, en diciembre de 2001, cuando los islamistas fueron expulsados del poder por las tropas norteamericanas. Un responsable policial informó de que aún no se han practicado detenciones aunque se ha puesto en marcha una investigación.

El portavoz de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (Unama), Aleem Siddique, dijo que deploraba esta muerte "sin sentido" y explicó que el trabajo de Amajan "consistía en lograr que el resto de las mujeres formase también parte del futuro de Afganistán".

Un avispero

Kandahar era en la década de los noventa el principal bastión de los talibanes, cuando su milicia surgida de las escuelas coránicas de la frontera con Pakistán se hizo con el poder en Kabul, donde gobernó con mano de hierro de 1996 a 2001. Desde hace unos meses, la provincia vuelve a ser un avispero; el escenario de un fuerte resurgimiento talibán. Se han producido numerosos combates con las fuerzas de la Alianza Atlántica allí desplegadas.

Un alto comandante islamista, Hayat Khan, explicó, en conversación telefónica con la agencia Reuters desde un lugar no identificado, las razones por las que han matado a Amajan: "Le hemos dicho a la gente una y otra vez que cualquier persona que trabaje para el Gobierno, incluidas las mujeres, será asesinada".

Para este grupo, la mujer debe desempeñar un papel doméstico. Durante su Gobierno, le prohibieron el acceso a la enseñanza, tanto en la escuela como en la universidad. Una mujer no podía trabajar fuera de casa y debía salir acompañada de un familiar varón cubierta por el burka, una prenda que sólo le permite la visión a través de una rejilla de tela.

Desde la caída del régimen, la situación de la mujer comenzó a mejorar. Incluso la provincia de Bamiyan, en el centro del país, tiene una gobernadora.

Amajan condenó en todos sus discursos la política talibán. Había solicitado la protección de guardaespaldas y transporte oficial seguro, pero esas peticiones nunca fueron atendidas. En el momento del ataque, la responsable de los asuntos de la mujer en la peligrosa provincia de Kandahar estaba esperando un taxi.

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