"En el sur nada sucede sin que Hezbolá lo sepa o lo permita"
Conversar con Timur Goksil es como hablar con el padre de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL). Como portavoz de la misión durante 25 años, desde su creación en 1978, este turco de 63 años la conoce tanto como la zona para la que fue concebida, el sur del Líbano. Hace tres años dejó la ONU para convertirse en catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Americana de Beirut y hace poco estuvo a punto de regresar al ruedo, cuando lo llamaron para asesorar a la fuerza de paz desplegada tras la reciente guerra de 34 días entre Israel y las milicias de Hezbolá.
A pesar de su escepticismo, Goksil cree que esta nueva fuerza, mucho más numerosa que la que ha estado estos 28 años (el número de efectivos pasa de 2.000 a 15.000), cuenta con un as para lograr mantener la paz: la nacionalidad de los soldados que integran la fuerza. "El número de soldados no es tan importante como el hecho de que la fuerza la compongan mayoritariamente países como Francia, Italia o España. ¿Por qué? Porque el día que pase algo, detrás de esos soldados estarán París, Roma o Madrid, que levantarán el teléfono y llamarán a Tel Aviv y a Washington y dirán: '¡Oigan, he aceptado mandar soldados a Líbano, pero no para que les disparen!", explica Goksil. "Durante 25 años, hemos tenido buenos soldados, como los nepaleses. Pero si pasaba algo... ¿Qué poder de pataleo tiene Katmandú en la escena mundial? La diferencia es clara, para que una fuerza de paz sea útil tiene que estar respaldada por Gobiernos fuertes", añade.
"Le digo más", continúa Goksil. "El hombre clave de la misión será el agregado militar de Francia, Italia o España en sus respectivas embajadas en Israel. En 25 años nunca hablé con un diplomático para intentar arreglar algo, con quien debía hablar primero era con los jefes militares, son ellos los que dan problemas o soluciones. El Ejército israelí es el que manda en la campaña del Líbano, si un comandante extranjero tiene un problema que no llame a los diplomáticos, ellos no pueden hacer nada, que llame a su enlace en Israel y éste al jefe de Tsahal, así se arreglan las cosas", explica.
Para Goksil, otra ventaja de esta FINUL con respecto a la que él conoció es que contará con el respaldo del Ejército libanés. "El papel del Ejército será tan importante que para empezar habría que dotarlo de pertrechos para que parezca un ejército de verdad. La gente quiere a las Fuerzas Armadas porque es una institución donde conviven maronitas, ortodoxos, chiíes, suníes, armenios... Además, la tropa es mayoritariamente chií, lo que hace a esos soldados muy cercanos a la gente del sur. Antes, cuando una patrulla de la ONU veía a alguien con un arma no podía hacer nada. Ahora pueden llamar al Ejército libanés, ellos se encargarán", añade.
El ex portavoz de la FINUL no cree que las tropas extranjeras se vean amenazadas por ningún grupo terrorista, "porque si están allí es porque Hezbolá quiere. En el sur nada sucede, nada se mueve, sin que Hezbolá lo sepa o lo permita. Y de momento, el movimiento chií ha dado la bienvenida a las tropas", añade.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.