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Reportaje:

El arroz blanco desplaza a los espaguetis

Cerca de 1.400.000 alumnos comen cada día en los centros escolares, un servicio que también se usa para seguir aprendiendo

Carmen Morán Breña

Cuál diría que es el plato estrella de los comedores escolares? ¿Los espaguetis? ¿Los macarrones con tomate? Pues no necesariamente. En algunas escuelas españolas los inmigrantes han inclinado la balanza hacia el arroz blanco. "Sin duda, ni tres delicias, ni nada, arroz blanco, les encanta". Ángeles López Olivares, la directora del colegio público madrileño Pi i Margall, supervisa detalladamente lo que ocurre en su centro a la hora de la comida, no en vano utilizan este servicio para reforzar la convivencia escolar y seguir aprendiendo. "Los ponemos en mesas por grupos de distintas edades y al frente siempre hay un alumno de los mayores, de 5º o 6º de primaria. Eso ayuda a que se conozcan mejor y se ayuden unos a otros. El jefe de la mesa estimula su responsabilidad porque ha de hacerse cargo de que todo discurra con normalidad y de la relación con la monitora adulta que cuida las mesas; a veces es el encargado de servir el segundo plato y recibe una valoración de las tareas que ha desempeñado", explica López.

El 70% de las escuelas privadas tiene comedor y sólo el 43% de las públicas
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Menús especiales

El equipo directivo se reparte la vigilancia del comedor por días y la propia directora, con la ayuda de las madres, es la encargada de diseñar un menú equilibrado. "Procuro que haya legumbres variadas dos veces a la semana, un día verduras y el resto arroz o pasta. También cuidamos de que no se abuse de los fritos en los segundos platos", añade Ángeles López. Los padres reciben el menú que tomarán sus hijos todo el mes y, en función de él, algunas indicaciones sobre lo que deberían cenar.

Cerca de 1.400.000 niños comen en la escuela cada día, la mayoría de infantil y primaria. Hay comedor en un 43% de los centros públicos y en un 70% de los privados concertados. Aunque el Ministerio de Educación marca unas directrices generales, son las comunidades autónomas las que tienen las competencias. Muchos de estos niños reciben becas para que el comedor les salga gratis o rebajado. Las ayudas las conceden en todos los casos las consejerías de Educación. Al cuidado de los comedores están los monitores de la empresa encargada, profesores o personal contratado por la asociación de padres.

En junio del año pasado, el Ministerio de Sanidad acordó con las comunidades autónomas que se revisarían los menús escolares para fomentar hábitos saludables entre los alumnos. Aproximadamente el 20% de estos niños de primaria recibe su principal comida en el colegio cinco días de la semana, un porcentaje que aumenta hasta el 32% cuando se trata de críos de dos a cinco años. Los acuerdos que cada comunidad debe ir recogiendo en sus directrices establecían el compromiso de ofrecer menús equilibrados, propios de la dieta mediterránea, alejados de las grasas y los azúcares. La obesidad entre los niños de 6 a 12 años alcanza en España al 16% de ellos. La población infantil presenta una de las cifras de obesidad más altas. El acuerdo con las comunidades recomendaba, además, que hubiera menús adaptados para alumnos que así lo requieran por problemas de salud o intolerancia a algunos alimentos o por las imposiciones religiosas.

Y así figura en el pliego de condiciones que se les muestra a las empresas de catering que llevan la comida a la escuela o a las que se encargan de guisar en el propio colegio. Los sindicatos mayoritarios hace años que vienen quejándose de que no sea personal laboral adscrito al Ministerio de Educación y con formación adecuada los que se encarguen de los comedores. "La privatización de este servicio ha sido progresiva, son muy pocos ya los colegios de los que no se encargan empresas", explica Matilde Llorente, de CC OO. La práctica ausencia de comedores en los centros de secundaria -"la inmensa mayoría están en primaria"- es otra de las quejas. Los sindicatos educativos piensan que tanto el transporte como los comedores, los dos servicios extraescolares, deben aprovecharse también para educar y aprender a convivir. De ahí que reclamen su existencia masiva y cuidadores formados.

Que haya más comedores en los últimos años ha respondido a una necesidad social: madres que trabajan y no pueden encargarse. Es un servicio imprescindible en el caso de los inmigrantes. En el colegio de Ángeles López, el 80% de los alumnos son extranjeros y la gran mayoría almuerza allí. "El cocido madrileño triunfa. A los árabes les digo que es nuestro cuscús".

Niños en un comedor de una escuela pública de Málaga.
Niños en un comedor de una escuela pública de Málaga.JULIÁN ROJAS

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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