El calzado recupera mercado exterior pero siguen los cierres de empresas
La plantilla de Martinelli sigue vigilando la fábrica para evitar una clausura sorpresa
La feria del calzado de Milán ha constatado el resurgir del sector del calzado, que, poco a poco, comienza a recuperar sus antiguas posiciones en el mercado exterior, especialmente las firmas de gama alta. Sin embargo, este renacimiento del sector, tras más de un lustro de crisis, no es óbice para que siga el goteo de cierre de fábricas. El último caso, es el de la prestigiosa firma ilicitana Martinelli. Los trabajadores siguen vigilando la industria para evitar un cierre sorpresa. La patronal del sector califica el caso Martinelli de "inevitable" y remarca la recuperación del sector.
Ayer acabó la feria de calzado de Milán, el mayor escaparate mundial que ha alcanzado cifras récord de visitantes, más de 60.000 procedentes de 120 nacionalidades distintas y allí ha estado lo más granado del sector en España, encabezado por las principales firmas valencianas. En total han acudido a Milán 173 firmas españolas, la mayoría valencianas encabezadas por 52 empresas de Elche, 30 de Elda y 9 de Petrer. España es el segundo país productor y exportador de calzado de la Unión Europea con un 25% del total. Las empresas que acuden a este certamen son de gama alta con un precio medio por par elevado, de 20 euros y que compiten al más alto nivel con los italianos a los que cada vez más pueden llamar de tú a tú.
Según la Federación de Industriales del Calzado Español (FICE) a las empresas que mejor les ha ido la feria son a aquellas que han sabido adecuar su demanda a los nuevos tiempos con fuertes inversiones en calidad y diseño.
Otras no han podido aguantar la dura crisis de los últimos años y los cierres, a pesar de que todo apunta a que se reactiva el sector, van a ser inevitables. Es el caso de la marca Martinelli de Elche, empresa emblemática de la ciudad con un gran nombre y prestigio a nivel mundial desde hace casi un lustro y cuyos dirigentes, sin embargo han informado a los representantes sindicales de que la empresa va mal. Juan Antonio Macià, secretario comarcal de FIA-UGT en el Baix Vinalopó, dijo ayer que la empresa "sólo nos ha garantizado los salarios de los trabajadores hasta el día 30". Macià explicó que están preparando el expediente de suspensión de pagos pero los trabajadores, 148, ya saben que probablemente el final será el cierre y el despido de toda la plantilla: "Nos tememos lo peor y es que mientras se tramita una cosa o la otra haya unos meses de vacío en que los trabajadores se queden sin nada", lamentó el sindicalista.
Mientras, la Asociación de Industriales del Calzado de Elche, (AICE), resta trascendencia a las consecuencias de la crisis del sector al explicar que, a pesar de haber sido una de las peores etapas para el calzado, "el 75% de las empresas han sobrevivido" y se han conseguido mantener "las dos terceras partes de los empleos". La patronal, sin hacer referencia expresa al caso de Martinelli, alude a algunos cierres "inevitables".
En 2005 se exportaron menos pares de zapatos pero a un precio más alto, lo cual supuso un incremento de un 6% en valor ofreciendo así la balanza comercial un saldo positivo. Los principales clientes de los zapateros españoles son los franceses, seguidos de los alemanes, los ingleses y los estadounidenses. La caída en las ventas de los últimos años ha venido propiciada en parte por la mala situación de algunos de estos mercados. Pero también hay datos muy esperanzadores que demuestran que el sector está reaccionando. En concreto, se trata de los incrementos en las ventas que se han producidos en países tradicionalmente importantes como Italia -el país referencia en el mundo del calzado-, Japón y Rusia, así como en mercados emergentes como Turquía, Emiratos Árabes Unidos o República Checa.
El objetivo en el mercado exterior es, según FICE, aumentar la presencia estable y permanente en nuevos mercados. Y afianzar los tradicionales a la espera de que estos países vuelvan a ser tan importantes como antes.
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