Rusia busca un puesto en la industria aeronáutica europea
Putin exhibe en París el poderío financiero ruso gracias a los altos precios de la energía
El presidente ruso, Vladímir Putin, llegó ayer a Francia dispuesto a concretar la condición de gran potencia financiera que Moscú está construyendo gracias a la subida del precio de la energía y forzar la entrada de Rusia en el consorcio aeroespacial y de defensa europeo EADS, del que controla un 5% del capital. El presidente Jacques Chirac le recibió con todos los honores y la canciller federal alemana, Angela Merkel, se les unirá hoy en el castillo de Compiegne.
Estas reuniones informales (el año pasado asistió el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero) se celebran desde 1998, pero nunca hasta ahora el inquilino del Kremlin había llegado en un momento tan decisivo. La cita se centrará en la energía y en la transferencia de tecnología, especialmente en el campo de la aeronaútica, pero también en sectores como los de la extracción de gas y petróleo.
Para dejar claras sus intenciones, tras haber retirado la licencia de explotación a la angloholandesa Shell en la isla de Shakalin, en el Pacífico, Moscú amenaza con hacer lo mismo con la francesa Total en la zona de Nenets, en el Ártico. El Ministerio ruso de Recursos Naturales asegura disponer de "bases legales" para retirarle a Total su licencia en el yacimiento de Jariaga. Ya en París, Putin, dijo que las informaciones eran "exageradas".
Nada más aterrizar, Putin y Chirac se trasladaron al aeropuerto de Le Bourget, al museo del Aire y del espacio, para inaugurar un monumento en memoria de la escuadrilla Normandía-Niemen, formada por pilotos y tripulaciones francesas, que combatió en el frente ruso contra la Alemania nazi. Cuatro SU-27 y otros tantos Mirage F-1 sobrevolaron la zona. Este comienzo en clave militar-aeronaútica de un fin de semana de trabajo, al que hoy se unirá la canciller alemana Angela Merkel, escenifica cuáles son los asuntos que Putin trae en su cartera.
El Kremlin ha aprovechado el alza del precio de la energía por dos caminos. Por un lado convirtiéndose en el principal abastecedor de gas de Europa Occidental y por otro utilizando el capital que ha acumulado para recuperar la distancia en innovación tecnológica de su antaño poderosa industria aeronaútica y militar.
El primer paso ha sido crear un gran consorcio aeronáutico, OAK, que agrupa a los grandes fabricantes de aviones de la antigua Unión Soviética: Mig, Sukhoi e Irkut. Paralelamente, en los últimos meses, el Banco de Comercio Exterior de Rusia, Vnniechtorgbank, ha conseguido acumular hasta un 5,02% del capital del consorcio aeroespacial y de defensa europeo EADS. El consorcio europeo, por su parte, controla un 10% de Irkut, que fabrica componentes de sus aviones Airbus.
Putin quiere proponer una alianza estratégica a EADS. Según el diario económico Les Echos, los arquitectos de la renovación tecnológica e industrial rusa, contemplan que la banca rusa ceda su participación en EADS a OAK. A cambio de un puesto en el consejo de Administración de EADS, el presidente ruso ofrecería una participación financiera en los programas de desarrollo de Airbus, concretamente el del bimotor de largo alcance A-350, muy necesitado de ello tras el fracaso del primer proyecto frente al Boeing 787 Dreamliner.
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