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El fenómeno de la inmigración

Traficantes de 'sin papeles' de Senegal actúan desde Guinea-Bissau para burlar la vigilancia

El Gobierno guineano afirma que carece de medios para detener la salida de cayucos

Decenas de pescadores senegaleses reconvertidos en traficantes de sin papeles han atravesado la frontera de Guinea-Bissau para establecer su actividad en tres puntos de ese país. Después de que la policía guineana interceptara el pasado día 13 un cayuco con 47 inmigrantes a bordo en Varela, un pueblo costero junto a la frontera con Senegal, el Ministerio del Interior de ese país ha detectado salidas organizadas hacia España desde el archipiélago de Bijagos, frente a la desembocadura del río Géba, así como desde la propia capital, Bissau.

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Las playas de Varela, repletas de pescadores senegaleses a los que se permite faenar en la zona a cambio de cantidades de pescado que sirven para pagar la licencia de pesca, se ha convertido en uno de los principales puntos de salida, según el viceministro del Interior de Guinea-Bissau, Mamadú Saiko Djialo. 47 emigrantes senegaleses, guineanos, de Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia fueron detenidos por la policía de Bissau justo después de embarcarse hacia Canarias en ese pueblo. Dijeron que habían pagado entre 600 y 900 euros a un senegalés a las afueras de Ziguinchor (Senegal).

Los emigrantes, que fueron congregados en esa ciudad senegalesa, la más importante del sur del país y a sólo 19 kilómetros de Guinea-Bissau, pasaron la frontera en autobuses para dirigirse hasta Varela, donde fueron detenidos nada más partir. Los policías interrumpieron el viaje pensando que se trataba de pescadores furtivos o rebeldes de la guerrilla que azota el sur de Senegal. Lo consiguieron confiscando un cayuco con el que los alcanzaron.

Los pasadores también se han desplazado más al sur, hasta el archipiélago de Bijagos -un grupo de 50 islas frente a la desembocadura del río Géba, a unas cuatro horas en barco de Bissau- de las que sólo una decena están habitadas. Los organizadores de las expediciones pueden preparar desde allí los viajes a España sin que nadie los inquiete y a plena luz del día, según Saiko Djalo, que asegura que la falta de vigilancia ha convertido ese lugar en un nido de traficantes de todo tipo, también de personas.

Otro de los puntos preferidos por los emigrantes es la capital. En el muelle de Bandim, el principal mercado pesquero de la ciudad de Bissau, los cayucos que van hacia España se camuflan con los que se utilizan como transporte público entre las islas del estuario del Géba y la ciudad. En la cincuentena de negocios que venden pescado seco, gasolina y útiles de pesca, las fuerzas del orden guineanas también han detectado redes de inmigración clandestina. Sus cabecillas, según el viceministro, proceden siempre de Senegal.

Traficantes y emigrantes pueden atravesar sin problemas la frontera debido a un acuerdo que les permite circular por el país sin pasaporte ni visado. Agentes de los controles y puestos aduaneros, frecuentes a lo largo de la carretera que une el sur de Senegal con Bissau, son fácilmente corrompibles. Un policía guineano cobra unos 20.000 francos CFA (30 euros) al mes, y no son pocos los que completan su salario mediante el chantaje a los viajeros extranjeros, obligados a pagar dos euros en cada puesto, y los sobornos.

"Estamos muy interesados en luchar contra este nuevo fenómeno pero no tenemos ningún medio para hacerlo", asegura el viceministro guineano del Interior.

Sin lanchas de vigilancia

"El país tiene 700 kilómetros de costa, pero carecemos de lanchas que puedan vigilarla, y hay muchas zonas que escapan a nuestro control", continúa el ministro del Interior. "Queremos intentar que España nos proporcione vehículos todo terreno para patrullar las zonas de salida, pero por el momento las conversaciones con España no han dado resultado", añade Seiko Djalo. El ministro afirma haber dado órdenes para incrementar la vigilancia.

España no contempla por el momento el envío de patrulleras a Guinea-Bissau. El Gobierno considera suficiente el dispositivo desplegado a lo largo de la costa senegalesa ya que los cayucos que parten de Guinea-Bissau deben pasar por el litoral del país vecino y el de Mauritania para alcanzar Canarias, según fuentes diplomáticas. La colaboración con el país se centra por ahora en el envío de policías guineanos a los centros de retención de Canarias, donde han identificado a más de 90 de sus nacionales, que serán devueltos en los próximos días, y en el desarrollo de los programas de cooperación que se engloban en el Plan África.

El embajador especial para el desarrollo de ese plan, Miguel Ángel Fernández de Mazarambroz, se encuentra en Bissau para concretar los proyectos a los que se destinará la ayuda española cuyo importe, por el momento, no llega al millón de euros.

Un pescador salta entre las barcas amarradas en el puerto del barrio de Bandim (Bissau).
Un pescador salta entre las barcas amarradas en el puerto del barrio de Bandim (Bissau).M. A.

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