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Entrevista:MARIO GAS | Director del Teatro Español de Madrid

"Sigo en el Español por responsabilidad"

Mario Gas seguirá al frente del Teatro Español de Madrid. Anoche lo confirmó a EL PAÍS. El acoso que sufrió tras programar Lorca eran todos, de Pepe Rubianes, le puso al borde de la dimisión. Va a seguir "por sentido de la responsabilidad". Aquí lo explica.

Pregunta. Se queda usted.

Respuesta. Por sentido de la responsabilidad. Hemos sopesado lo que ha ocurrido, y el proyecto que hay por delante, y he decidido continuar, sí.

P. ¿Cuál es su reflexión?

R. Lo que ha ocurrido excede el hecho teatral, y entra de lleno en lo que compete a la sociedad, que ha de reflexionar muy seriamente sobre lo que sucedió. Ha habido aspectos violentos, tergiversaciones a sabiendas. Es un problema que está ahí, que no es sólo del teatro, y que hay que solucionar.

"Los que agitaron el conflicto me recibieron de uñas, me siguen con uñas, me despedirán con uñas..."
"No se pueden confundir, en un país culto y democrático, las opiniones personales con la obra"
"Estamos ante un ataque a la libertad de expresión que no se debería reproducir nunca más"
"Brecht escribió: 'A los que atacan en la calle se les ven las manos, pero los que atacan de verdad las ocultan"

P. ¿Cómo ha sido el proceso?

R. Desgraciado. Rubianes es amigo mío, y él sabe que sus primeras declaraciones fueron absolutamente desafortunadas; él mismo pidió perdón muchas veces. Pero no hay peores oídos que los que no quieren oír. Nosotros le contratamos -verbalmente, en las contrataciones teatrales el contrato propiamente dicho puede tardar en hacerse, pero la palabra vale- porque su espectáculo es excelente, y yo francamente no recordaba qué dijo en enero, ni hubiera pensado que aquello de lo que él se arrepintió fuera a afectar a una obra muy buena, hecha además por numerosos trabajadores del teatro, poetas e historiadores, no sólo por el propio Rubianes. Y no se pueden confundir, en un país culto y democrático, las opiniones personales de un ciudadano con la obra artística. Eso es justamente lo que se ha hecho, con unas consecuencias altamente lesivas para la libertad. Todos hemos sido víctimas.

P. ¿Hubo censura por parte del Ayuntamiento?

R. No la hubo. Hubo la presión de un pequeño grupo incitando a otros a esas amenazas y a esas invitaciones a la violencia, totalmente inaceptables. Eso fue lo que hizo que la obra se retirara. Yo espero que en algún momento, y atendiendo de algún modo a las declaraciones del alcalde, el clima sea lo suficientemente tranquilo y abierto como para que Lorca eran todos pueda subir algún día al escenario del Español. Yo lo he programado, por lo tanto soy consciente y responsable de él, y después de analizar todas estas circunstancias creo que nada es fácil en esta vida; éste es un problema gravísimo que sobrepasa al propio teatro. Es un dibujo más en un itinerario de un equipo que trata de hacer un teatro que conecte con la ciudad, sin mirar la procedencia de la gente, abriéndose para convertirse en un centro que irradie agitación cultural.

P. ¿Qué ha pesado más para que decidiera continuar?

R. Hay gente que ha dicho, como piropo, o su contrario, que yo soy un talento escénico pero un irresponsable... Pues fijad que me quedo por sentido de la responsabilidad. Groucho decía que el movimiento se demuestra huyendo... Cuando hay un conflicto la primera idea que nos asalta es dejarlo, evadirte... Pero ésa es una acción inicial, en caliente; después de reflexionar, he llegado a esta decisión de continuar porque creo que así seremos más eficaces. Y más coherentes, llevando adelante el programa que teníamos previsto. Muchos ciudadanos nos han hecho llegar su apoyo, y ellos son los que verdaderamente me han impulsado a mantenerme. Gente de la profesión, amigos, personas de la cultura..., todos se han volcado para hacer posible que la soledad del principio no continuara. Y seguiremos, con todo el equipo, en la línea iniciada hace dos años y medio. Si trabajas por cambiar las cosas te manchas constantemente. Y hay que seguir haciéndolo, con honestidad, para que éste sea un teatro público modélico. Agradezco también que el alcalde de algún modo apoye mi trabajo. En algún momento dije que no hubo presión por parte de Gallardón para la anulación del espectáculo, tampoco me ha presionado para que lo deje o continúe.

P. ¿Se sintió solo?

R. Hay momentos en que uno se siente muy solo. Pero hubo gente que ha impedido que me sintiera absolutamente desamparado. He sido abogado del diablo y de mí mismo, me he planteado varias alternativas. Y esta opción es la que tomo.

P. Rubianes puso en duda la actitud de Gallardón. ¿Qué pasó exactamente?

R. Hay realidades obvias que a veces son oscurecidas o sepultadas. Imaginad la cantidad de sombras que puede haber en un caso como éste, donde todo se desarrolló con tanta rapidez y a la vista de todos. Hablé varias veces con Rubianes, comentamos lo que había ocurrido con aquellas declaraciones suyas y con sus disculpas, y hablamos del revuelo que se estaba montando. La cosa se precipitó luego con insultos y amenazas violentas, y Pepe y yo seguimos siendo conscientes de lo que pasaba. Pensó ante la crisis que debía retirar el espectáculo, y en conversación con Alicia Moreno [concejal de las Artes del Ayuntamiento] adelantó esa decisión suya... Ese día hubo Junta de Gobierno del Ayuntamiento, y el alcalde se precipitó a anunciar que Rubianes no iba "a ser contratado"... Mientras tanto, Pepe se había ido a su casa a escribir su nota anunciando la retirada de la obra. El alcalde tal vez no estuvo claro en la terminología usada y eso, leído a distancia por otra gente, y en ese momento concreto, produjo en Pepe la impresión de que le habían echado... Y él es un bufón, en el sentido espléndido de la palabra, y como cualquier artista tiene un alma altamente inflamable, así que se alzó y preguntó: "¿Cómo? ¿Que me han echado?". Pero ya él mismo ha dicho en varios lugares que no se siente echado por el alcalde... Yo creo que no acertó el alcalde con la terminología, y el asunto no tuvo un proceso lógico. En cualquier caso, estamos ante un ataque a la libertad de expresión del que este país ha de tomar nota para que no se reproduzca nunca más.

P. ¿Está amenazada la libertad de expresión?

R. Cada vez que un espectáculo no se puede hacer, la libertad está amenazada. Los jueces y las leyes pueden solventar cualquier conflicto, pero mientras tanto tiene que haber un juego normal y civilizado que confirma las libertades que nos hemos dado. Debatir, hablar, la palabra por encima de todo, antes que las amenazas. También es verdad que libertad de expresión no significa que valga todo; los límites están en la autorresponsabilidad personal. Pero me hace mucha gracia que los que están hablando de eso luego tengan la lengua muy suelta para decir lo que les da la gana en contra del prestigio de las personas y en contra de la libertad. Vendría bien un ejercicio de introspección personal honesta.

P. Los que agitaron el conflicto fueron también quienes le recibieron a usted de uñas...

R. Me recibieron de uñas, me siguen con uñas, me despedirán con uñas... Eso es algo que se da por descontado: antes de recibir un encargo como éste uno ya sabe a qué se expone. Me parece apasionante que una persona como Gallardón escoja a alguien que no es de su propia línea para dirigir el Español. Lo he intentado desde el respeto, la fidelidad y mi propia integridad. Pero no puedo ser un ingenuo. Cuando vine a Madrid ya sabía a qué me exponía. ¡No tardé ni dos días en comprobarlo!

P. ¿Qué va a pasar el 19 de septiembre, cuando tendría que estrenarse el montaje de Rubianes?

R. El teatro estará abierto, las luces encendidas, y las puertas a disposición del público. Ya veremos qué hacemos.

P. ¿Qué le pasó por la cabeza estos días?

R. Pues, entre otras cosas, una frase de Brecht en La ópera de seis peniques: "A los que atacan en la calle se les ven las manos, pero los que atacan de verdad las ocultan".

Mario Gas.
Mario Gas.LUIS MAGÁN

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