De la buena cepa

Ribera del Duero es la Denominación de Origen donde en la última década se ha producido el crecimiento más espectacular en el número de bodegas. Sin embargo, son pocas las que han cumplido los 25 años y, sobre todo, las que se mantienen apegadas a sus principios de calidad como eje de su política y producciones limitadas. Una de ellas es Viña Pedrosa.

Viña Pedrosa exporta caldos a unos 40 países y ahora se está abriendo a los mercados del Este europeo y de Asia

La bodega vende unas 400.000 botellas cada año, que suponen una facturación ligeramente superior a los cuatro millones de euros

Frente a la estrategia de otras bodegas de Ribera del Duero, Viña Pedrosa es una de las pocas firmas que se mantiene igualmente al margen de elaborar los llamados vinos de la tierra -una estrategia cada vez más extendida gracias a la ofensiva de los grandes grupos bodegueros que logran elevados volúmenes de producción- por considerar que ello puede suponer un riesgo que tire por la borda el trabajo realizado durante las últimas décadas por los consejos reguladores y por las propias bodegas para colocar los vinos de la Denominación de Origen por todo el mundo con una imagen de calidad. "Es una batalla en la que no hemos entrado ni vamos a entrar. Nuestra bodega está jugando en otra liga en el mercado del vino", señalan los propietarios.

Viña Pedrosa es una bodega nacida en los años setenta, mitad herencia y mitad construida por los hermanos Pérez Pascuas -Benjamín, Adolfo y Manuel-, basada en el trabajo diario con sus monos de faena a pie de campo y a pie de cuba y que mantienen dos planteamientos básicos muy claros. Primero, en el negocio de la bodega, y no -afirman- por cuestiones antifeministas, no mandan las mujeres añadidas a la familia. Todo lo deciden los hermanos. Segunda, la calidad del vino se halla fundamentalmente en la cepa y en la uva que produzca, aunque los procesos de elaboración sean también importantes.

"Canta una copla castellana", recuerda Manuel Pérez Pascuas, que 'de las buenas uvas sale buen racimo y de buena familia sale buen marido'. Lo segundo está por ver. Pero, de lo que no hay dudas es de lo primero. Si hay una buena cepa, una viña bien tratada, es posible una materia prima óptima para hacer un buen caldo".

Vinos y viñedos

De acuerdo con esta filosofía, otro de los hermanos, Benjamín, se encarga directamente del laboreo de los campos -desde la poda en invierno hasta la poda en verde de la primavera- para lograr la cantidad idónea por hectárea y que se recolecte en el momento adecuado. En función de la edad de los viñedos se obtiene uno u otro tipo de vino en la bodega.

Para la elaboración de los vinos jóvenes (Cepa Gavilán) se utilizan uvas de viñedos con una edad por debajo de los 15 años. Para los vinos de crianza se emplean uvas de viñedos entre los 20 y los 30 años. Para los reservas se utilizan uvas de cepas de más de 30 años. Un gran reserva procede de uvas de viñedos de más de 40 años y para el gran reserva selección se utilizan uvas de viñedos con más de 60 años.

Para la elaboración de sus caldos, Viña Pedrosa cuenta con una superficie propia de unas 120 hectáreas de viñedo. La bodega se ha estabilizado en unas ventas de unas 400.000 botellas anuales, que suponen una facturación ligeramente por encima de los cuatro millones de euros. Esta situación, aunque con un ligero aumento de las ventas, se pretende mantener en el futuro; pero, en todo caso, sin renunciar al principio de oferta limitada en el segmento alto de calidad.