"Los arquitectos también tienen que pensar en las favelas"
Richard Burdett (Londres, 1956), director de la 10ª edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia que se abre mañana al público, considera urgente replantear la función del arquitecto y la proyección de las ciudades. Bajo el título, Ciudad, arquitectura y sociedad, la bienal traza un retrato de 16 metrópolis. Se trata de un viaje por ciudades que corren y se expanden a un ritmo sorprendente, como Bogotá o Ciudad el México. Hoy, el 50% de la población mundial se concentra en las megalópolis; hace 100 años era sólo el 10%.
Pregunta. ¿Pretende crear un debate sobre la función del arquitecto?
Respuesta. Una buena parte de la profesión, incluidas muchas escuelas de arquitectura la consideran un objeto estético. Con esta muestra pretendo crear un debate rico e intenso al interior de la profesión. ¿Cuál es el rol del arquitecto? ¿Es como un artista que hace un cuadro bellísimo, o es una persona interesada en comprender los procesos sociales? Vivimos un momento muy interesante para incrementar la conciencia de los arquitectos, pues de su trabajo depende que las ciudades sean feas o hermosas. Los responsables de la degeneración urbana son los políticos, pero también los arquitectos, que cuando se les llama para proyectar casas populares deben estar más atentos a la integración social, a crear espacios públicos más tolerantes, ciudades más democráticas.
P. La exposición se acerca a América Latina. ¿Por qué ha escogido ciudades como Bogotá, Ciudad de México o Caracas?
R. Hemos querido presentar una visión del mundo bastante equilibrada. Si uno quiere ser serio a la hora de hablar de los cambios en las metrópolis es importantísimo tener un panorama que va de África a Asia, de Suramérica a Norteamérica, sin olvidar Europa, porque la gran crisis de las ciudades en los próximos 20 años estará en Asia, en parte de Suramérica y una enorme porción de Africa.
P. ¿En qué consiste la revolución urbana de Bogotá?
R. Ha habido una gestión política de tres alcaldes visionarios, que han transformado el suelo público a favor de todos y no sólo para unos pocos. Lo primero fue involucrar a los ciudadanos en la vida de la ciudad. Desde 1997 se han construido 52 escuelas en barrios peligrosos y 40 bibliotecas donde los niños aprenden a usar el ordenador. Han creados además hermosos espacios públicos.
P. ¿Ciudad del México representa la otra cara de la moneda?
R. Es una ciudad que desde hace varios años presenta una gran expansión y crecimiento. Después de Tokio es la ciudad más grande del mundo. En Ciudad del México viven 22 millones de personas. El problema fundamental es que su centro histórico, que es precioso, está muriendo. La gente rica se está mudando a los condominios, casas detrás de un muro y con un vigilante en la entrada. Esta es una forma de no hacer ciudad, una forma de crear ambientes que crean diferencia y no la integración social. Este es un problema grave, y si México continúa así, en los próximos 20 años se encontará ante una situación muy complicada. Por otro lado, la ciudad sigue en expansión sin que exista ningún control. Otro problema es el agua: la ciudad se está derrumbando: el agua del lago donde ha sido construida la metrópoli, poco a poco se está acabando, pues allí el consumo del agua es el doble que en Nueva York. Debe resolver el problema del transporte, como lo ha hecho Bogotá. Debe regular el tráfico, es decir no se puede ingresar al centro histórico en automóvil a menos que la gente pague.
P. Usted ha escrito: "La construcción de simples aceras y alcantarillados en una favela o un barrio es un acto arquitectónico, tal vez más importante que un acto arquitectónico elegante como el Guggenheim de Bilbao". ¿Qué quiere decir?
R. Quiero decir que pueden serlo, no que lo son. En una ciudad como Caracas, si no puedes regresar a casa cuando llueve porque el fango hace desaparecer la calle, los alcantarillados y las aceras son un bien público, como un puente bien hecho. Tal afirmación la digo para provocar, pues el Guggenheim de Bilbao es importante, y se encuentra en una ciudad avanzada. Pero existe hoy una pasión por edificar en cada ciudad un símbolo arquitectónico. En el caso de Río de Janeiro, no se puede negar la edificación de un Guggenheim, pero, el dinero que se invierte en grandes obras arquitectónicas se debe invertir también en las favelas.
P. ¿En el caso de Barcelona, existe un buen matrimonio entre arquitectura y urbanismo?
R. En Barcelona tres alcaldes que no pertenecen a la misma línea política, uno después del otro han decidido mejorar la calidad del espacio construyendo 150 plazas. Barcelona es uno de los ejemplos de gran inspiración, pues la ciudad ha sido reinventada. Hace 20 años todo comenzó con una arquitectura muy moderna y al mismo tiempo integrada. Hoy se presentan nuevos edificios muy icónicos, más asombrosos. Hay que ver dónde va a terminar.
Babelia
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