El partido de López Obrador augura una corta vida al nuevo Gobierno

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) de Andrés Manuel López Obrador augura corta vida al futuro Gobierno de Felipe Calderón. "No veo un Gobierno de seis años", declaró el portavoz perredista, Gerardo Fernández Noroña. El principal partido opositor da por cerrada toda posibilidad de una reconciliación política. "El tamaño de la crisis política es tal que la única posibilidad es que el candidato de la derecha renuncie al cargo que le van a regalar y que no obtuvo en las urnas", dijo Fernández Noroña antes de que el Tribunal Electoral proclamara a Calderón.

La reacción oficial del PRD a la validación de las elecciones presidenciales del 2 de julio se produjo a última hora de ayer a través del propio López Obrador ante sus seguidores, que llevan acampados 37 días en la plaza del Zócalo de la Ciudad de México, en protesta por lo que consideran fraude electoral. Según anticipó el portavoz perredista, el candidato, que no acepta el triunfo en las urnas de Calderón, tenía previsto efectuar anoche "un anuncio muy, muy importante". "La posición está fijada desde hace días", añadió.

Manuel Camacho Solís, coordinador de las Redes Ciudadanas de apoyo a López Obrador, adelantó que el conflicto seguirá. "El régimen no está tomando en cuenta lo que pasa en el país", señaló. "Los magistrados reconocen que el presidente Fox intervino en la campaña electoral, que el Consejo Coordinador Empresarial participó ilegalmente y que hubo campaña negra. Pero no pasa nada". Precisó, sin embargo, que el movimiento de protesta seguirá siendo pacífico. El cumplimiento de este compromiso tendrá su prueba de fuego el próximo 16 de septiembre, con el tradicional desfile de las Fuerzas Armadas, que tiene previsto pasar por algunas de las zonas en las que están acampados los seguidores de López Obrador. El secretario (ministro) de Defensa, Gerardo Clemente Vega, ha asegurado que la ruta del desfile será la de siempre, mientras que los dirigentes del PRD no piensan levantar el campamento.

Las fiestas patrias del 15 y 16 de septiembre coinciden con la convocatoria de una autodenominada Convención Nacional Democrática, convocada por López Obrador para decidir "con representantes de todos los pueblos" el futuro de México. "Ya está a debate si formamos un Gobierno o si creamos una Coordinación Nacional de la Resistencia Civil", dijo el lunes ante sus seguidores en el Zócalo. Entre las opciones que baraja el candidato perredista para dicho cónclave figura su autoproclamación como presidente paralelo, o jefe de Gobierno de la Resistencia, o presidente de la Resistencia, o coordinador de la Resistencia. "Hay una opción, que hoy se propuso y que es muy interesante, como se le llamaba antes a los verdaderos servidores públicos: Comisario del pueblo", apuntó en su último discurso el ex alcalde de Ciudad de México que, según ha certificado el Tribunal Electoral, perdió las elecciones presidenciales por 233.831 votos.

López Obrador ha puesto fecha incluso para la entrada en acción de este supuesto órgano de gobierno, y ha mencionado el 20 de noviembre o el 1 de diciembre, día de la investidura de Felipe Calderón. El propio patrocinador de esta estrategia ha reconocido que "puede ser un sueño" y que "no tenga frutos". Ha admitido por primera vez la posibilidad del fracaso. Pero ante tal escenario, ha advertido: "Tenemos la confianza y, sobre todo, tenemos la responsabilidad de hacerlo. Si va adelante nuestro movimiento y transformamos al país, va a ser un servicio a la patria de gran valía lo que vamos a hacer. No nos pongamos de timoratos de que a lo mejor sí, a lo mejor no. Vamos hacia delante".

"Usurpación"

En los 65 días que han transcurrido desde las elecciones del 2 de julio, López Obrador ha reiterado desde el primer instante que ganó las elecciones. Lo hizo la misma noche electoral cuando aseguró que, según sus datos, había obtenido la Presidencia de la República. Después, Felipe Calderón se autoproclamó vencedor cuando el Instituto Federal Electoral (IFE) había advertido que los resultados eran tan reñidos que no permitían anunciar un ganador. Un mes después, el 30 de julio, el candidato del PAN declaró ante el Tribunal Electoral que ganó limpiamente las elecciones. Para aquel entonces, los seguidores del PRD exigían a los cuatro vientos un recuento del 100% de los votos. Petición que el 5 de agosto fue desestimada por el Tribunal Electoral.

El 22 de agosto, cuando los magistrados electorales seguían revisando las impugnaciones de López Obrador y todavía no habían proclamado al nuevo presidente, el jefe del Estado, Vicente Fox, declaró que había un ganador claro y que se llamaba Felipe Calderón. El 28 de agosto, López Obrador desconoció el cómputo oficial, rechazó "la usurpación" y aseguró que no reconocería a Calderón como presidente. El último día de agosto, el candidato del PAN reiteraba que había ganado las elecciones y el día siguiente, su rival lanzaba en el Zócalo de la capital el grito "que se vayan al diablo con sus instituciones".