El Impuesto de Sociedades y el IRPF, en el aire
Las decisiones judiciales y las reformas en marcha en territorio común han forzado unos cambios en estos dos impuestos que todavía están por concretarse.
- Sin tipo. En diciembre de 2004, el Tribunal Supremo anuló una parte sustancial del Impuesto de Sociedades vasco. Entre otros aspectos el tipo del 32,5%, dos puntos y medio inferior al de territorio común, por considerarlo ayuda de Estado según la doctrina de la UE. Desde entonces se han venido poniendo parches en el impuesto. Primero, se repitió el mismo tipo, decisión que anulada por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Las diputaciones y el Gobierno vasco pactaron el 29 de diciembre del pasado año un tipo de 32,6%, sólo una décima superior al anterior. Hacerlo prácticamente en el último minuto del curso fiscal permitía que si era suspendido por el Superior, como así ocurrió en mayo, se pudiera aplicar a la kiquidación de 2005, al estar en vigor al cierre de ese ejercicio. En este momento no hay tipo y las diputaciones no han decido si volverán a hacer la misma jugada. Además, el Tribunal Superior de Justicia decidirá este mes si plantea una cuestión prejudicial (consulta) al Tribunal del las Comunidades Europeas, con sede en Luxemburgo, sobre el fondo de la cuestión: la posibilidad que la normativa fiscal vasca se diferencie de la de territorio común.
- Impuesto de Sociedades. Las haciendas han anunciado que, más allá del tipo para este ejercicio, antes de fin de año debe estar aprobada una reforma global de este tributo. El Gobierno central ya ha aprobado un cambio para territorio común. Confebask, la patronal vasca, ha propuesto que el tipo del impuesto quede cinco puntos por debajo del anunciado por el Ejecutivo socialista (30% general en dos años y 25% para pymes). Las haciendas han avanzado poco, pero quieren mantener la deducción por inversiones en I+D+i, que el Gobierno central prevé retirar, y hacer la rebaja de tipos de golpe.
- Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Las diputaciones tienen más avanzada la reforma del IRPF y cuentan con más posibilidades de enviarla a las Juntas Generales este mes, tal y como anunciaron antes del verano. Sin embargo, las grandes decisiones del nuevo impuesto, como la deducción por vivienda o el tipo marginal, se han dejado para el final. La idea es reducir los tramos del impuesto y el tipo marginal superior, el que afecta a los contribuyentes con rentas más elevadas. El tipo está ahora en el 48%, frente al 43% aprobado en territorio común. Se quiere simplificar el IRPF para facilitar preliquidaciones por parte de las haciendas. Las deducciones por vivienda habitual y las aportaciones a fondos de pensiones (EPSV) se mantienen, pero la primera se modificará. El sistema que se ideó en 1998, que establece un crédito fiscal de por vida de 180.303 euros, es complicado de gestionar y se ha quedado obsoleto. Además, la deducción no fija diferencias entre contribuyentes.
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