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Entrevista:OLIVER STONE | Director de 'World Trade Center'

"Mi película no es patriótica sino heroica"

Oliver Stone (Nueva York, 1946) se ha atrevido a reconstruir en el cine una de las peores pesadillas de la historia: el 11 de septiembre de 2001. World Trade Center, exhibida fuera de concurso en la Mostra, cuenta esta tragedia a través de la vivencia de dos policías que participaron en las tareas de salvamento de los supervivientes de los atentados terroristas y que fueron rescatados tras permanecer casi 24 horas atrapados bajo toneladas de escombros de las Torres Gemelas. "Esta película es una luz de esperanza, en medio de la oscuridad y la confusión en que vivimos", afirma Stone.

Pregunta. ¿Cree usted que era el momento adecuado para hacer esta película?

Respuesta. Era el momento preciso de exorcizar esos demonios. Cada día que transcurre puede ser demasiado tarde. Cada vez suceden más catástrofes, atentados, masacres, terremotos y demás. Vivimos momentos sombríos y confusos, y lo más duro está aún por venir. Éste es un filme que nos adentra, literalmente, en la oscuridad del infierno.

"Era el momento de exorcizar esos demonios. Cada día que transcurre puede ser demasiado tarde (...) Lo más duro está aún por venir"
"Aunque parezca contradictorio, creo en la paz, pero también creo en la venganza contra aquellos que merecen ser aniquilados"

P. En esta ocasión, no ha querido tratar la película desde un prisma polémico, ¿por voluntad propia? o ¿por que así se lo exigieron los estudios Paramount, para evitar que el guión acabara convirtiéndose en una paranoia política como la mayoría de su filmografía?

R. En realidad, no fui yo el de la idea. Me la propusieron y acepté hacerla, pues me encantan las historias personales, insólitas. Es una película humana, subjetiva, que rinde homenaje a las víctimas y al heroísmo de las fuerzas de seguridad de EE UU. Soy un cineasta, no un político. La película revive ese día tal como sucedió, sin distinciones de ideologías. Un día donde la mayoría del mundo permaneció unido, profundamente triste y conmocionado. Nada de conjeturas o ataques políticos ni religiosos. En Vietnam he conocido la muerte, pero nunca me había acercado tanto a ella como ahora. Este filme habla directo al corazón. La política sólo divide a la gente.

P. Muchos han definido World Trade Center como un filme de derechas, excesivamente proamericano, al enfatizar en la clásica moralina sobre el heroísmo, la fe, la familia y lo que significa ser estadounidense. Los más conservadores lo han elogiado. ¿Qué opina al respecto?

R. Es un filme contado desde el punto de vista humano, muy íntimo. No es patriótico sino heroico, resaltando cualidades que son universales. Es una historia simple, subjetiva, que reproduce minuto a minuto la agonía de dos personas que usualmente pasarían desapercibidas: dos agentes de la policía del puerto de Nueva York, cuyo mayor mérito fue quedarse atrapados en el corazón de las Torres Gemelas y ser dos de los 20 afortunados que vivieron para contarlo. Son dos hombres que apenas se conocen, pero que a lo largo de las horas más difíciles de sus vidas establecen una profunda relación. El día en que todos estuvimos al borde de perder la confianza en la humanidad, su terrible experiencia nos demuestra que es posible darle siempre un nuevo sentido a la vida.

P. Usted ha sido meticuloso en el realismo de su narración y en todos sus detalles para recrear esas largas horas de terror, angustia e incertidumbre.

R. Fue un rodaje muy exigente. Estábamos siempre en medio de las corazas de hierro y los escombros. Pero me siento satisfecho con el resultado. Jugamos intencionadamente con la cámara, que viajaba constantemente entre la luz y la oscuridad. Era un verdadero descenso al infierno que intentamos contrarrestar con las imágenes esperanzadoras de los familiares para no cansar al espectador.

P. Hay que destacar la discreción con la que nos relata cómo los aviones se estrellan contra las torres y la sencillez con la que detalla la angustia de los familiares.

R. He hecho este filme al estilo ejemplar de Frank Capra, con quien me identifico profundamente por su habilidad para retratar hasta las situaciones más dramáticas en modo tan realista. Sus personajes, a veces incluso al borde del suicidio, son capaces de redimirse como por arte de magia. Recordemos la angustia e impotencia de James Stewart en La vida es maravillosa. Nos ha hecho creer en el sueño americano. Yo creo en el individuo, pero sobre todo en la colectividad. La unión genera fuerza y poder, y ésa es la clave de World Trade Center. Es como en el fútbol, en el que el partido es el equipo, no un sólo jugador. Eso fue lo que mas me atrajo de este filme, cómo reproduce la agonía de dos policías de Nueva York que en su dolor sienten la necesidad de ayudarse mutuamente.

P. Sin embargo, en la película está latente el tema de la venganza, expuesto a través del ex marine exaltado, quien desempolva su uniforme para ir a salvar a quien pueda y, luego, como se lee en los créditos finales, se marcha a combatir en Irak.

R. Este personaje representa la rabia y la sed de venganza que sintieron muchos americanos en esos momentos. Un estado de animo masivo, cuyo desahogo fue la invasión a Afganistán. Y, aunque parezca contradictorio, creo en la paz, pero también creo en la venganza contra aquellos que merecen ser aniquilados. Desde mi punto de vista, la guerra contra Irak fue un gran error que ha ocasionado muchas pérdidas injustas, como en Vietnam. Sólo el tiempo nos dará las respuestas al porqué de aquel horror, cuyas consecuencias políticas han sido nefastas. Lo he dicho varias veces y lo repito. Creo que Bush reaccionó en modo excesivo y ha creado un monstruo. Los resultados de su política son peores que las destrucciones de aquel terrible día.

Oliver Stone, en la Mostra de Venecia.
Oliver Stone, en la Mostra de Venecia.ASSOCIATED PRESS

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