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Reportaje:

Pablo Iglesias vuelve a su pedestal en Zaragoza

Los vecinos relacionan el intento de robo del busto del fundador del PSOE con la retirada de la estatua de Franco

El busto de Pablo Iglesias ya vuelve a estar en su sitio, en la avenida que lleva su nombre en Zaragoza, donde en la madrugada del pasado martes intentaron robarlo.

"Son monumentos de arte público, en vía pública, sujetos a todo tipo de avatares que no se pueden evitar". El jefe de la unidad de patrimonio del Ayuntamiento de Zaragoza, Antonio Mostalac, hablaba así del busto de Pablo Iglesias que ha sido reubicado en su pedestal en el zaragozano barrio del Actur. El suceso tiene asombrados a los vecinos de la zona, y más que enfadados a los que viven en el bloque de viviendas que llevan el nombre del fundador del partido socialista.

En la madrugada del martes varios individuos intentaron robar esa cabeza, cinco días después de que la estatua de Franco a caballo fuese levantada de la entrada de la Academia General Militar y trasladada a un depósito del Museo de Zaragoza. Ayer nadie dudaba de que la intención de quienes derribaron el busto era robarlo, una especie de venganza imitando el izado de la estatua en la Academia. También había extrañeza porque no hubo ningún pronunciamiento ni reacción por parte del sindicato UGT ni del partido socialista. La policía, que investiga los destrozos en los Pozos de Caudé -donde fueron enterrados en una fosa común los fusilados republicanos-, comenzó ayer a trabajar en las diligencias sobre el caso de la estatua de Pablo Iglesias.

Dos coches vigilaban la calle mientras una grúa izaba el mástil y derribaba la cabeza
No ha habido ninguna reacción por parte de UGT ni del Partido Socialista

Lo que ha quedado claro es que no querían derribarla, sino robarla. El propio Mostalac, encargado de supervisar el estado de la escultura, lo tenía claro; explicaba que intentaron izarla con una grúa y levantarla con unas cinchas, "pero la fuerza de la grúa hizo bascular la cabeza, que cayó al suelo sobre el césped, por lo que no la pudieron robar". Los anclajes no eran firmes, así que se han reforzado, y ahora la estatua vuelve a estar en el lugar en que se levantó, en 1982, cuando los cooperativistas de la Pablo Iglesias construyeron sus viviendas. Eran militantes de UGT y socialistas que pagaron el busto, que inauguró el primer alcalde democrático de la ciudad, el socialista Ramón Sainz de Baranda. Por eso los vecinos no entendían qué había pasado con una estatua que llevaba 23 años en una avenida y que pasó a ser patrimonio del Ayuntamiento cuando asumió los viales de la calle.

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Fueron pues los servicios municipales los que acudieron el martes por la mañana, cuando la llamada de un vecino les alertó de que el busto de bronce macizo estaba en el suelo sobre la hierba. Actuaron rápidamente, y tras comprobar que estaba intacta, la llevaron a un taller para reforzarle los anclajes.

Los vecinos que escucharon el ruido entre las dos y las tres de la madrugada del día 29 relatan que vieron cómo unos coches vigilaban la calle mientras una grúa izaba el mástil y derribaba la cabeza. Nadie pudo anotar la matricula del camión Renault. Celestino de la Llana, uno de los cooperativistas y vocal de la junta de distrito, continúa asombrado con lo ocurrido. "La han vuelto a colocar en el mismo lugar, la han reforzado, pero sigo sin entender a quién molestaba". Él fue uno de los que pagó el busto que intentaron robar, algo que no es nuevo en Zaragoza.

Desde patrimonio del Ayuntamiento recuerdan el caso de la escultura de José Millán-Astray en el Parque del Cabezo. Alguien le cortó la cabeza el año pasado, una cabeza que todavía no ha aparecido. La de Pablo Iglesias vuelve a estar en su sitio.

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