Liberados en Gaza los dos periodistas de la Fox secuestrados
El grupo que capturó a los reporteros de televisión les obligó a convertirse al islam
El secuestro de extranjeros más prolongado registrado en la franja de Gaza se resolvió ayer, después de casi dos semanas de cautiverio, con la liberación de los dos enviados de la cadena estadounidense de televisión Fox. El corresponsal estadounidense Steve Centanni, de 60 años, y el camarógrafo neozelandés Olaf Wiig, de 36, fueron obligados a punta de pistola a convertirse al islam antes de lograr su puesta en libertad.
En buen estado de salud, pero visiblemente afectados -Centanni con llanto y Wiig con rabia- los dos periodistas se bajaron del coche de los agentes de la policía palestina que les condujo al hotel donde aguardaba Anita McNaught, la esposa de Wiig, además de un amplio equipo de la Fox. Poco después, llegó también al hotel el primer ministro palestino, Ismail Haniya, que siempre condenó el secuestro de los dos periodistas y se implicó en su liberación.
Según dijeron en una breve aparición conjunta en el hotel, no se ha pagado ningún tipo de rescate. El grupo desconocido que los capturó el 14 de agosto, que dijo llamarse Brigadas de la Sagrada Guerra Santa, pidió que Estados Unidos abriera las puertas de sus cárceles a los presos musulmanes. Washington rechazó la demanda. El plazo dado por los secuestradores para cumplir su exigencia expiró en la mañana del sábado.
"Estoy bien, sano, en buena forma y muy feliz de estar libre", dijo Centanni, que reconoció que había sido obligado a convertirse al islam. "Tengo el mayor respeto por el islam (...), pero era algo que sentimos que teníamos que hacer porque ellos tenían las pistolas y nosotros no sabíamos qué estaba pasando", agregó. Los periodistas viajaron ayer mismo a Israel.
Poco antes de su liberación, fue difundido un vídeo, el segundo desde la captura, en que el que Centanni y Wiig aparecían por separado con las piernas cruzadas y a veces con chilabas. Los dos leían sendos comunicados en los que anunciaban que se habían convertido al islam. "Me he cambiado el nombre a Jaled. He adoptado el islam y pronuncio la palabra Alá", decía Centanni.
El ministro palestino del Interior, Said Siam, que ha sido, junto con Haniya, quien ha liderado los esfuerzos por lograr la puesta en libertad de los empleados de Fox, explicó que el Comité de Resistencia Popular, una de las facciones palestinas, había mediado en la solución del secuestro. El sábado, un portavoz del Ministerio del Interior informó de que la liberación era "cuestión de horas" e indicó que se estaba en contacto con los secuestradores a través de un mediador palestino. La cantidad de agentes desplegados en el hotel desde el viernes hacía presagiar que la solución estaba cerca.
Según Siam, el secuestro "ha dañado seriamente la reputación de los palestinos". El ministro se mostró confiado en que "no se vuelvan a producir este tipo de incidentes". En parecidos términos se expresó el camarógrafo de Fox, que expresó su "preocupación porque los periodistas extranjeros dejen de venir a Gaza para cubrir la causa y el sufrimiento palestinos".
"Todos los palestinos estamos en contra del secuestro como arma. Nosotros protegemos a los extranjeros, sólo una minoría ínfima puede realizar una acción así", había declarado a EL PAÍS el portavoz del Gobierno, Gazi Hamad, horas antes de la liberación de los periodistas.
Hamad señaló, sin embargo, que el secuestro del soldado israelí Gilad Shalit es una acción militar "más complicada de resolver", que afecta a los 10.000 presos palestinos en cárceles israelíes, pero se mostró confiado en que la mediación de Egipto pueda facilitar la solución de este caso, ocurrido el 25 de junio y por el que Israel ha sitiado Gaza.
Por otra parte, tres palestinos murieron ayer en Gaza, y 17 resultaron heridos en varias incursiones israelíes, la última en el barrio de Shijaiya, al este de la franja. Además, dos periodistas resultaron heridos en un ataque aéreo israelí a un vehículo de la agencia de noticias Reuters. El Ejército aseguró que el ataque se debía a un error de identificación.
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