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Irán da otro paso en su programa nuclear al inaugurar una planta de agua pesada

Teherán lanza un nuevo desafío cinco días antes de que venza el ultimátum internacional

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, inauguró ayer una planta de producción de agua pesada destinada a la refrigeración de un reactor nuclear que se construye en el centro del país. Teherán envía así una nueva señal de desafío cinco días antes de que concluya el plazo dado por la ONU para que renuncie a su programa nuclear. Las potencias occidentales sospechan que Irán intenta conseguir la bomba atómica. Ahmadineyad dijo que su país "no es una amenaza para nadie, ni siquiera para el régimen sionista [Israel], el enemigo claro de los pueblos de la región".

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La planta se encuentra cerca de Arak, a unos 400 kilómetros al suroeste de Teherán. El agua pesada, rica en deuterio, se utiliza como refrigerante en los procesos de fisión del uranio. Su destino será el reactor experimental de Isfahán, que estará concluido en 2009 y que producirá plutonio, que podría utilizarse para fabricar cabezas nucleares. De hecho, el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, había pedido al régimen iraní que reconsiderase la construcción de este reactor.

Ahmadineyad volvió a mostrarse desafiante. El presidente iraní reiteró que Irán no renunciará a sus "derechos nucleares", e insistió en que "no se habla de armamento". "Deben aceptar la realidad de un Irán potente, pacífico y desarrollado", dijo, en referencia a una comunidad internacional preocupada por los pasos dados en el campo nuclear por el régimen de los ayatolás y por la virulencia del ultraconservador Ahmadineyad, que ha llamado a "borrar del mapa" a Israel.

Ayer, el presidente iraní lanzó un mensaje pretendidamente tranquilizador, pero de nuevo cargado contra Israel. "No somos una amenaza para nadie, ni siquiera para el régimen sionista, que es el enemigo claro de los pueblos de la región", dijo en su discurso, tras la inauguración de la planta en Arak.

El pasado 31 de julio, el Consejo de Seguridad de la ONU dio un plazo de un mes a Teherán para que abandonara el enriquecimiento de uranio, que puede ser utilizado tanto para la fabricación de energía como para las armas atómicas.

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Falta de colaboración

Hasta entonces, el OIEA había denunciado la falta de colaboración de las autoridades iraníes con sus inspectores. Teherán, además, había rechazado la oferta de Rusia para que enriqueciera uranio en su territorio, con la supervisión internacional.

A cambio de su renuncia al enriquecimiento de uranio, la comunidad internacional ofreció a Teherán una serie de incentivos económicos y científicos, como el acceso a la tecnología nuclear civil. Precisamente, la inauguración de la nueva instalación en Arak se produce en el momento en el que la comunidad internacional estudia la respuesta de Teherán a su propuesta.

Las autoridades iraníes han afirmado que están dispuestas a reanudar el diálogo sobre su programa, aunque dejaron claro que no abandonarán el enriquecimiento de uranio, que consideran un "logro" de sus científicos y un "orgullo nacional".

En el caso de que se vuelva a llegar a un punto muerto, el Consejo de Seguridad analizará la aplicación de sanciones. Ahmadineyad reiteró ayer que su Gobierno "nunca se someterá a la fuerza y la opresión", y "no aceptará el lenguaje de la fuerza y las amenazas". La planta de Arak ocupa varias hectáreas y está rodeada de una decena de baterías antiaéreas. Según uno de sus responsables, la producción de agua pesada comenzó el pasado 11 de julio y alcanzará las 16 toneladas anuales.

Pese a ser firmante del Tratado de No Proliferación nuclear, el régimen iraní ocultó la planta nuclear Arak a los inspectores del OIEA. Fueron miembros de la oposición en el exilio quienes, hace cuatro años, revelaron la existencia de ésta y otras instalaciones. Con el proyecto de Arak, Irán se convierte en el noveno país del mundo con la tecnología necesaria para producir agua pesada, según la televisión estatal. Las investigaciones en esta materia comenzaron en 1994, y cuatro años más tarde se inició la construcción de las plantas.

[Por otra parte, Irán anunció ayer que ha probado "con éxito" un misil tierra-mar en el golfo Pérsico durante las maniobras iniciadas hace una semana en el país, informa Efe. "La versión mejorada del misil impactó con éxito en el blanco", dijo un portavoz militar, sin precisar más detalles].

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad (centro), inaugura la planta de Arak.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad (centro), inaugura la planta de Arak.REUTERS

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