La plantilla del metro secunda de forma unánime el paro para exigir más seguridad

La plantilla de Metro Bilbao secundó ayer de forma unánime el paro de media hora de duración que el comité de empresa había convocado como protesta contra las agresiones sufridas en el último mes y para exigir mayor seguridad. La empresa difundió un escueto comunicado en el que no ofreció ninguna cifra de seguimiento de la convocatoria, que tampoco quiso precisar a petición de este periódico. El servicio quedó suspendido entre 11.00 y 11.30. La compañía calculó el número de viajeros afectados en unas 4.000 personas y destacó que había tomado "todas las medidas a su alcance para mantener informado a su clientela". El paro se desarrolló sin ningún incidente.

Por segundo lunes consecutivo, los trabajadores de Metro Bilbao se concentraron frente a la sede de la empresa en la capital vizcaína para exigir mayores medidas de seguridad en la línea. La concentración de ayer coincidió con el paro de media hora en el suburbano. Las dos líneas del servicio, las oficinas y los talleres, sitos en Sopelana, se quedaron sin personal que las atendiese. El comité de empresa (ELA, CCOO, LAB, UGT, ESK y un sindicato independiente) destacó que la movilización fue secundada por el 100% de la plantilla que trabajaba a esa hora. La empresa no quiso ofrecer un dato propio.

A las once de la mañana, los trenes pararon en la estación más cercana al lugar en que encontrasen y no reanudaron el viaje hasta 30 minutos después. En la estación de Abando, en pleno centro de Bilbao, algunos viajeros miraban sorprendidos el letrero electrónico que informaba del paro. "No tenía ni idea de que no había metro durante media hora", decía Amaia Arteaga.

Al lado de Arteaga, un matrimonio anciano pedía a un vigilante de seguridad que les dejase acceder al anden para poder sentarse. A pocos parecía haberles afectado la protesta de los empleados. "Me parece bien que la convoquen si tienen argumentos. Además, a nadie le va a cambiar su vida porque el metro no funcione durante media hora", aseguraba Marta Redondo, mientras esperaba pacientemente en la misma estación.

A la concentración frente a las oficinas de la compañía, que se completó con una manifestación hasta la sede de la Diputación, distante menos de 500 metros, acudieron un centenar de trabajadores de los más de 600 que integran la plantilla. "Es un buen dato si tenemos en cuenta que hay gente que trabaja tanto por la mañana como por la tarde", declaró el presidente del comité, Luis Delgado, de ELA. Una vez más, los empleados reclamaron mayores medidas de seguridad "para salvaguardar la integridad de la gente que trabaja de cara al público". "Llevamos unos meses en los que los insultos y las agresiones de todo tipo se están saliendo de madre", insistió Delgado.

El presidente del comité recordó que durante los últimos meses se han producido varias agresiones, pero que fueron los incidentes vividos en la estación de Algorta, en Getxo, la madrugada del pasado 30 de julio "la gota que colmó el vaso". Aquella noche, diez personas resultaron heridas en una pelea multitudinaria durante las fiestas que causó además graves desperfectos en las instalaciones de la estación valorados.

"Es una situación que no se puede tolerar y que se tiene que atajar ya. No puede ser que la gente que trabaja esté expuesta a que cualquier energúmeno le abra la cabeza con un palo, como ocurrió en la parada de Indautxu el último fin de semana de julio", subrayó Delgado.

La idea de los trabajadores era convocar algún paro durante la próxima Aste Nagusia. En los dos últimos fines de semana, sin embargo, no se ha registrado ningún incidente, por lo que los empleados han decidido "esperar acontecimientos". No obstante, el presidente del comité aseguró que si se produce algún incidente en las fiestas de la ciudad se convocarán paros "la última semana de agosto o la primera de septiembre".

El comité no recibirá ninguna respuesta de la empresa a sus peticiones al menos hasta el 4 de septiembre, cuando está inicialmente prevista uan reunión entre ambas partes. "Esperamos que cumplan nuestras expectativas", comentó ayer Delgado. De no ser así, los trabajadores garantizan que seguirán "presionando".