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Guerra en Oriente Próximo

Hamás amenaza a Israel con atentados suicidas

Hace sólo cuatro días un alto dirigente de Hamás en el exilio de Damasco aseguraba que no debía vincularse la solución a la captura del soldado judío Gilad Shalit, cautivo en Gaza desde el 25 de junio, con los acontecimientos en Líbano. El sábado, el presidente, Mahmud Abbas, afirmaba que el caso de Shalit y el de los dos militares en manos de Hezbolá debían seguir caminos diferentes. Pero la masacre de Qana ha provocado una tremenda sacudida en los territorios palestinos. "Israel es responsable de este asesinato de civiles inocentes. Su Gobierno da la espalda a los esfuerzos diplomáticos y sigue matando a civiles libaneses y palestinos empleando armas prohibidas", aseguró el primer ministro, Ismail Haniya. Mucho más duro se mostró uno de sus correligionarios de Hamás. "A la vista de esta guerra abierta contra las naciones árabes y musulmanas, todas las opciones están abiertas, incluido golpear en la profundidad de la entidad sionista", declaró el portavoz y diputado Mushir al Masri. Cuestionado por si eso significaba reanudar los atentados suicidas en Israel, Al Masri añadió: "Todos los medios están permitidos. El ataque en Qana es un crimen de un Estado terrorista que ha traspasado todas las líneas rojas".

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No se había expresado en estos términos tan contundentes ninguno de los líderes fundamentalistas desde que Hamás declarara la tregua en enero de 2005, un alto el fuego que fue respetado hasta la matanza de siete miembros de una familia palestina en una playa de Gaza a comienzos de junio. Israel negó la autoría de esa carnicería, pero no permitió a organizaciones internacionales de derechos humanos, que acusaron sin tapujos al Ejército hebreo de haberla cometido, participar en una investigación conjunta.

La organización islamista comenzó a lanzar cohetes Kassam y capturó al cabo Shalit. No obstante, no había amenazado abiertamente con atentados terroristas a pesar de que en este territorio palestino han muerto 98 personas, muchas de ellas milicianos de Hamás, desde el 12 de julio, fecha del estallido de la guerra entre Israel y Hezbolá. Unas muertes que pasan casi desapercibidas. Y de las que escribía ayer en el diario Haaretz Issa Issacharoff: "El gran número de víctimas mortales sugiere que el Ejército israelí está matando indiscriminadamente bajo la cobertura que ofrece la guerra del norte".

Yihad Islámica, que nunca ha abandonado sus planes terroristas en Israel, también amenazó con que hará todo lo posible para volver a las andadas.

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