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Entrevista:DAVID SEIJAS | Sumiller y Nariz de Oro 2006

"A mí me hablan los vinos"

Pregunta. Ganó entre quinientos participantes. Es usted un sumiller de narices.

Respuesta. Pues sí. Al final quedamos 93. Me viene de familia, de la hostelería. Desde pequeño he estado probando siempre vinos. Yo nací en un bar.

P. Darle al morapio en usted es hereditario.

R. Hombre, si ves que en casa hay inquietud con esto, pues es mucho más fácil acabar en este camino. En mi padre, es su profesión frustrada.

P. Se cataron 117 vinos. ¿Acabó piripi?

R. Tenemos la suerte de que podemos escupir, y escupimos. Si no, imagínese.

P. ¿Y si le hace soplar la Benemérita tras tanta cata?

R. Les podría contar que es mi trabajo. Pero lo que tenemos que hacer es viajar en taxi, o planificarnos las catas. Es un tema muy serio y hay que ser respetuoso.

P. ¿Se quedará sin carné por pasarse con el frasco?

R. Hombre, por mi profesión lo tengo crudo. Lo que tengo que hacer es planificarme.

P. ¿Qué botellitas mandará al director general de Tráfico, por si acaso?

R. Lo primero que haría es llamarle para ver sus gustos. Le mandaría un vino de su tierra, para que esté contento; y otro de la mía, para que estén contentos los míos.

P. Uno de los vinos catados se llama Obispo Gascón. ¿Qué méritos habrá hecho el clero?

R. Estamos en un momento en el que hay muchas bodegas nuevas, y supongo que no les quedan nombres. Lo del obispo es demasiado. Pero el vino es un hecho cultural y religioso.

P. ¿A qué edad empezó a empinar?

R. Me apunté al primer curso de sumilleres con 17 años. Era menor de edad.

P. ¿Su biberón era de Rioja?

R. Hombre, no. Yo tomaba biberón normal y corriente. Lo que sí me daban era el típico pan con vino.

P. Desde la cuna.

R. Sí.

P. Siendo de fina nariz, ¿a qué le huele España?

R. Esto ya no es de vinos, claro... Pues me huele a cambios. A cambios yo espero que a mejor, positivos. Que se arreglen la emigración, que es un problema, o el racismo, y que todos mejoremos.

P. ¿La nariz es lo más grande que tiene?

R. No. Pero lo más grande no se lo voy a decir. La nariz es mi trabajo y, por lo tanto, es lo que tengo que respetar más. ¿Lo más grande? Espero que el corazón.

P. ¿Dónde le gustaría meterla?

R. Siempre me ha gustado meter la nariz en todas partes. Me gustaría sobre todo meterla en países desconocidos. Viajar, por ejemplo, al sureste asiático.

P. ¿Qué querría oler y no puede?

R. Los sentimientos de las personas.

P. ¿Qué hace en la vida, aparte de beber?

R. Hablamos de vinos diez, doce horas. Nos cuesta desconectar. Pero me gusta la música, el deporte, leer libros, aunque mayoritariamente son del mundo del vino.

P. Doce horas hablando de vino. Es usted un peñazo.

R. Mi hermano se levanta siempre de la mesa antes de acabar de comer.

P. ¿Le ha dejado alguna novia por pesado?

R. Sí. Aparte de hablar de vino, eran las horas que le dedicaba al trabajo. Tuve que elegir.

P. Vaya planazo salir con usted.

R. Ahora ya he aprendido de los errores, y juego diferente.

P. ¿De qué está hasta las narices?

R. De las guerras.

P. ¿Qué vino recomienda para una buena misa?

R. Un vino de la tierra donde esté la iglesia.

P. ¿Y para una buena mesa?

R. Pues un vinazo que te vaya hablando en las tres horas que estás sentado.

P. Porque le hablan los vinos.

R. A mí me hablan, sí. Y el lenguaje del vino te puede emocionar. Incluso he llorado al probar un vino muy viejo,

P. Usted ¿qué tal vino tiene?

R. Yo creo que tengo un vino juguetón.

P. Pues tendrá unas trompas memorables.

R. La última, celebrando la Nariz de Oro, con familiares y amigos, que me hicieron una fiesta sorpresa. Y no faltó cava.

P. ¿Fusilaría a Don Simón?

R. No, porque tiene que haber para todos los gustos, para todos los públicos y para todos los bolsillos. Es respetable que cada uno haga lo que pueda.

David Seijas, con la copa que le acredita como Nariz de Oro 2006.
David Seijas, con la copa que le acredita como Nariz de Oro 2006.BERNARDO PÉREZ

PERFIL

Tiene 26 años y está encantado con la copa que le acredita como el mejor sumiller de España. De pequeño quería ser cantante o futbolista, pero nació en un bar y no en una casa de discos y parece que todo fue cosa del destino. Le gusta tocar la guitara, el tenis y el 'footing'. Dice que cuando corres "le das mucho a la cabeza". Él, que vive de la nariz

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