Alerta en seis comunidades

La ola de calor ha provocado la novena muerte en España en lo que va de año. Una mujer de 83 años falleció en la noche del martes en el Hospital Clínico de Barcelona, según informó el Gobierno catalán. La mujer, que vivía en una residencia geriátrica de Barcelona, presentó el pasado sábado un cuadro de fiebre superior a los 40 grados, alteración del nivel de conciencia, e insuficiencia respiratoria por lo que ingresó aquel mismo día en el hospital y se le diagnosticó golpe de calor. Posteriormente sufrió complicaciones y su situación se agravó al presentar insuficiencia renal y disfunción hepática.

Seis comunidades han declarado, total o parcialmente, la alerta por la ola de calor, que ha acarreado récords en el consumo eléctrico, una reducción de la reserva hidráulica, paradas en algunas centrales eléctricas, la multiplicación de medusas en las playas, un espectacular aumento en la venta de aparatos de aire acondicionado.

La central nuclear de Garoña paró el reactor por la alta temperatura del agua de refrigeración

Los embalses han perdido en la última semana 685 hectómetros cúbicos

- Alerta. Las comunidades de Madrid, País Vasco, Cataluña, Baleares, Canarias y la Comunidad Valenciana han declarado total o parcialmente en sus respectivos territorios la alerta por el incremento de las temperaturas. En Girona se espera que los termómetros marquen 35 grados y en las islas de Fuerteventura y Lanzarote el pronóstico indica que podrían llegar a los 31. En el País Vasco, superarán los umbrales de riesgo en la mitad sur de la comunidad. Las zonas costeras de Castellón y Valencia están también en alerta moderada.

- Cambio climático. Los expertos no pueden atribuir la ola de calor al cambio climático. Lo explica el coordinador del estudio del cambio climático encargado por el Ministerio de Medio Ambiente y catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha, José Manuel Morena: "El verano tan cálido es compatible con el calentamiento, con lo que se predice qué va a ocurrir, pero este calor en concreto no se puede atribuir al cambio climático porque es pronto para ello. En la ola de calor de 2003 se hizo un estudio y se concluyó que, sin el cambio climático, era muy difícil que hubiera ocurrido".

- Sube la temperatura. El Servicio Meteorológico Catalán (SMC) hizo ayer público un informe en el que afirma que durante el mes de julio las temperaturas se mantuvieron dos grados por encima de la media. A pesar de que no han llegado a registrarse las temperaturas extremas de 2003, cuando se llegó a los 45 grados, la persistencia de valores elevados tanto en el interior como en el litoral ha provocado que éste sea el verano más cálido de la última década si se tienen en cuenta los últimos 20 días. En Barcelona, la máxima se ha situado en 35,4 grados, temperatura a la que se llegó el 12 de julio y que se repitió el pasado lunes. En Cataluña el valor más elevado se registró en Vinebre (Tarragona), cuyos termómetros marcaron los 41,3 grados el día 22.

- Consumo eléctrico. "El calor está afectando al consumo energético cada vez más", explica Antonio Calvo, portavoz de Red Eléctrica. "No hay más que echar un vistazo a la evolución en los picos de máxima producción eléctrica", dice. El mayor consumo de este año se produjo el 17 de julio, a las 13.26. A esa hora la demanda de electricidad alcanzó los 40.730 megavatios, un 4,5% más que el día de mayor consumo en 2005. "Sin embargo no creo que esto se deba a un incremento de las temperaturas", reflexiona Calvo. "Probablemente tenga mucho más que ver con el millón o millón y medio de aires acondicionados vendidos este año", cuenta. Estos aparatos, conectados a la red de forma simultánea, consumen el equivalente a la producción energética de cinco centrales de ciclo combinado.

En Cataluña, el pasado 13 de julio se consumieron 8.470 megavatios de electricidad, la cifra más alta de la historia, según FECSA-Endesa. Se superó así la cota máxima de 8.454 megavatios, alcanzada el 15 de diciembre de 2005. Éste es el primer verano en Cataluña en el que la demanda de consumo eléctrico supera a la de los meses de invierno, que hasta ahora poseían los récords de consumo.

- Centrales nucleares. Las altísimas temperaturas del río Ebro en su tramo alto han forzado a la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) a extremar el control del agua, que utiliza para su refrigeración. De hecho, la central reanudó ayer de madrugada su normal funcionamiento después de haber tenido que parar el reactor el lunes por primera vez en sus 30 años de servicio a causa de la elevada temperatura del agua de refrigeración, aunque fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) explicaron que "en cualquier momento" puede volver a repetirse la situación. Garoña, al contrario de lo que sucede con otros complejos atómicos como los de Ascó, Vandellòs o Cofrentes, no puede operar en el caso de que el agua que capta del Ebro supere los 25 grados. Las dos centrales nucleares de Ascó, no obstante, también se han visto afectadas por la ola de calor, que ha obligado a reducir de 1.024 megavatios a 970 la potencia de sus reactores.

- Reserva hidráulica. Los embalses están en niveles inferiores respecto al año pasado. En la última semana, la reserva hidráulica ha caído otros 685 hectómetros cúbicos. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, la reserva de agua está al 48,4% de capacidad total, tres décimas menos de las que se registraban en 2005 por estas mismas fechas.

- Invasión de medusas. La presencia de medusas en la costa, que se está haciendo notar este año especialmente en las playas del sur de Barcelona, ha sido una constante en toda la historia, pero el aumento de la temperatura del mar unido a otros factores de alteración del ecosistema marino están contribuyendo a la gran proliferación de estos urticantes animales.

Esta información ha sido elaborada por Oriol Aymí, Glòria Ayuso, Jaime Cordero y Guillermo Abril