La nueva 'invasión' de Chipre
Nicosia se queja de la falta de apoyo de la UE ante el aluvión de refugiados
El agravamiento de la situación en Líbano ha forzado a Gobiernos de Europa, Asia y América, algunos criticados por su lenta reacción a la catástrofe humanitaria de sus propios nacionales, a movilizar aviones, barcos, autobuses y otros medios de transporte para sacar a la gente que huye del infierno libanés vía Chipre, Turquía o a través de la frontera siria. Los puertos chipriotas de Larnaca y Limasol se han convertido en los puntos principales de llegada de miles de refugiados, cuyo continuo flujo está empezando a crear problemas al Gobierno de Chipre.
Barcos de guerra, cruceros y transbordadores con capacidad para más de 1.000 pasajeros no dejan de ir y venir durante las 24 horas del día. Hoy han llegado a ambos puertos varios miles, la mayoría estadounidenses y británicos. Cada vez son más los que llegan desde que el sábado comenzó el éxodo, debido al despliegue de medios y conforme se extienden los bombardeos israelíes que están machacando el país.
El Gobierno chipriota ha vuelto a expresar su preocupación. Un pequeño país de sólo 700.000 habitantes no puede hacer frente a las necesidades que requiere una gigantesca evacuación como la que se está desarrollando, y ha advertido de que de seguir así las cosas se vería forzado a aceptar sólo a ciudadanos de la UE. "Nos han dejado solos, sin ayuda en nuestros intentos de apoyar a tantas miles de personas", se quejaba el portavoz del Gobierno, Christodoulos Pashiardis, para añadir que la UE no puede dejar a un Estado miembro sin ayuda "en esta emergencia". Los chipriotas calculan una media de 4.000 personas diarias.
Los evacuados que llegaron ayer aseguraban que los bombardeos se han extendido por todo Beirut. La Embajada de España en Nicosia informaba de que siguen llegando pequeños grupos de españoles, y que por lo que parece hay en Líbano más de los que se pensaba, aunque no pudo precisar cifras. Ayer llegaron 45, y hoy se esperan 19 más. No suelen venir todos juntos, sino en diferentes barcos. Todos son enseguida llevados al aeropuerto para tomar vuelos con destino España.
La operación rescate incluye países de tres continentes. Las oleadas de refugiados han obligado al primer ministro de Canadá, Sthephen Harper, a trasladarse a Chipre para hacerse cargo de la situación de sus nacionales, que suman en Líbano entre 30.000 y 50.000. Su Gobierno recibió fuertes críticas por no reaccionar antes ante la gravedad de su situación.
Clérigo radical y 'polizón'
EE UU tiene 25.000 ciudadanos en Líbano, y durante el fin de semana se espera que sean evacuados y traídos a Chipre unos 6.000 en el curso de la operación desarrollada por una división de marines que han sido desplegados en la costa de Beirut. Los estadounidenses tienen tres barcos en la zona. Los británicos son unos 22.000 en Líbano. La fragata Bulwark recaló en Limasol con 1.200 personas a bordo más 600 de otras nacionalidades. En este viaje se quiso colar el clérigo radical Omar Bakri Mohamed, que fue expulsado de Reino Unido el año pasado, pero no le permitieron embarcar.
Los franceses en Líbano suman unos 20.000, de los cuales 8.000 han pedido abandonar el país, y ya son muchos los que han conseguido llegar a Francia. Operaciones similares han sido lanzadas por Italia, Polonia, Alemania y Rusia, donde también están repatriando a sus nacionales.
Han pedido asimismo salir 1.600 ucranios, 1.000 rumanos, 600 holandeses y 500 búlgaros, mientras un barco fletado por la ONU llegó ayer a Chipre con 200 de sus funcionarios y sus familias y otros 700 extranjeros. Barcos de la Marina de India, entre ellos el buque de guerra Bombay, están en posición para empezar la evacuación de sus 12.000 ciudadanos.
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