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Entrevista:JOSÉ M. MONTOYA | Biólogo y coautor de la ecuación para los ecosistemas

"El cambio climático reducirá el tamaño corporal de las especies"

Las perturbaciones de origen humano en una red ecológica pueden desencadenar efectos inesperados en un ecosistema. Para predecirlos o para minimizarlos, los gestores de áreas naturales y la comunidad científica cuentan desde ayer con una nueva herramienta: un principio universal expresado en forma de ecuación matemática que relaciona el número de conexiones entre las especies y cómo se va a comportar el sistema si alguna de ellas se ve afectada. José M. Montoya (Madrid, 1976), de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Queen Mary de Londres es coautor de una fórmula que ayer dio la vuelta al mundo tras merecer la portada de la revista Nature.

Pregunta. ¿Qué nos dice la fórmula que no supiéramos?

"La pérdida del lince en España puede provocar una avalancha de extinciones"
"Nuestra fórmula matemática simplifica la realidad y aporta un alto poder predictivo"

Respuesta. En esencia, el nivel de conectividad entre las especies y el comportamiento del ecosistema a lo largo del tiempo. Para la mayor parte de las especies en el mundo se observan uno o dos enlaces. Pero hay unas pocas, apenas el 5%, que tienen un alto número de conexiones: una mariposa que poliniza un centenar de flores distintas o un gran predador que se alimenta de múltiples presas. Mediante técnicas de simulación, la fórmula nos dice qué ocurriría si desapareciera alguna de ellas.

P. ¿Y qué es lo que ocurre?

R. En cuanto se eliminan las especies más generalistas, con más conexiones, el sistema se colapsa y puede llevar a la extinción de otras especies. Si la eliminación es al azar y afecta a las más especialistas, el sistema se mantiene estable.

P. Parece obvio.

R. Y lo es. Pero la fórmula nos cuenta cosas que no sabíamos. Por ejemplo, que en los bosques tropicales abundan las especies generalistas, muchas de ellas insectos, que son fundamentales para su mantenimiento. Lo que hace la fórmula es simplificar la realidad y aportar un alto poder predictivo.

P. ¿Podría aplicar la fórmula al lince ibérico?

R. El lince es un depredador de alta cadena, un generalista con múltiples conexiones, que mantiene a raya a otras especies. Su desaparición comportaría que sus presas se multiplicaran sin control y acabaran alterando la composición del sistema. Su protección implica la de niveles tróficos inferiores y con ellos al ecosistema de Doñana. La fórmula predice que la pérdida del lince puede implicar una avalancha de extinciones.

P. ¿Aplicaría su fórmula para prever medidas de conservación?

R. Ayudaría claramente al gestor, ya que le indicaría qué ocurre al afectar una especie y daría sentido a las medidas que adoptara. En España, por ejemplo, hay sistemas en los que han desaparecido los grandes predadores, como el lobo o el oso. Eso ha provocado la pérdida de control sobre la población de jabalíes. A través de la fórmula se podrá predecir los efectos de la superpoblación.

P. ¿También de una eventual reintroducción de especies?

R. Si la desaparición es reciente, reintroducirlos tiene sentido. Si el sistema se ha reequilibrado la reintroducción podría suponer una perturbación grave.

P. ¿De qué modo afecta el cambio climático como elemento perturbador?

R. Está rompiendo el equilibrio natural entre la extinción y la aparición de especies. Pero también provocando efectos inesperados. En un experimento que hemos iniciado en el sur de Inglaterra estamos viendo cómo el aumento de la temperatura del agua del mar afecta al tamaño corporal de las especies. Algunos invertebrados, que son clave en sistemas acuáticos, ya no alcanzan sus tamaños máximos.

P. ¿Qué efectos puede provocar esa merma de tamaño?

R. Aún es pronto para decirlo. Por lógica, a mayor temperatura, mayor es el requerimiento metabólico, por lo que es esperable una reducción de tamaño corporal. Si las presas son de menor tamaño, el predador va a ejercer mayor presión sobre la población. El sistema se puede volver más inestable, tener más fluctuaciones en la población de presas y aumentar la posibilidad de extinciones. Además, puede variar el reciclado de nutrientes. La extinción de algunas especies puede llevar a la pérdida de complejidad del sistema y alterar el equilibrio entre la producción de gases, especialmente CO2, y su absorción. Los sistemas que están experimentando cambio climático pueden acabar siendo emisores netos de gases invernadero.

Josep Montoya se remoja entre plantas acuáticas.
Josep Montoya se remoja entre plantas acuáticas.CARMEN SECANELLA

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