La novela que salió de una canción
John Wesley Harding, estrella del circuito 'indie', se transforma en el escritor Wesley Stace en su celebrado debut literario
Lord Geoffroy, el hombre más rico de la época victoriana, rescata de un vertedero a un feto humano apenas sin vida, fruto de un paupérrimo aborto. Al ver su desamparo, decide adoptarlo y convertirlo en heredero de su fortuna. Pero surge un contratiempo: el casi bebé es un niño y el millonario siempre había soñado con ser padre de una chica. La predilección del Lord por el sexo femenino del retoño no es un capricho, sino consecuencia de un trauma familiar. Pero el noble no dejará que la realidad rompa sus sueños y bautizará al huérfano con el nombre de Rose, quien irá creciendo con la identidad sexual trastornada. Así comienza la epopeya de Infortunio (RBA), novela histórica con la que ha debutado Wesley Stace (Inglaterra, 1965), estrella de la escena musical indie con el nombre de John Wesley Harding. A caballo entre el pop inglés y el folk americano, John Wesley Harding tiene una buena cuota de seguidores, especialmente tras la inclusión de su tema I'm wrong about everything en la película Alta fidelidad.
El embrión del libro nació precisamente de una de sus composiciones. "Está basado en una canción propia que apareció en mi álbum Awake, publicado en 1997. La tocaba muchas veces en directo, pero presentía que era una historia inacabada. Además me gusta mucho la novela del siglo XIX. Es un género que podía emplear para narrar la historia de un niño que crece como una chica. He trabajado en el libro durante seis años, compaginando la escritura con mi tarea de músico. Mi intención era explicar una buena historia en la que estuvieran presentes las cosas que me gustan, como la música folk, las bibliotecas, los libros antiguos, las metamorfosis", explica el autor.
Dickens y Almodóvar
La trama tiene un claro sabor dickensiano, algo que no es fortuito. "Gracias a las costumbres inglesas del siglo XIX, he podido utilizar algunos trucos de magia narrativos. Por ejemplo, la vestimenta de los niños y de las niñas no era entonces tan diferente. Los niños no se ponían pantalones hasta los 13 años. Eso era muy útil para mi novela. Rose vive en una mansión, un sitio que al cerrarse la verja de acceso queda aislado. Esta historia de un huérfano en un mundo caricaturesco es muy propia de la literatura decimonónica. Me gustan mucho las novelas de Dickens, Thackeray y Austen", dice el escritor. Pero sobre todo, Stace admira al autor de David Copperfield. "Dickens es lo más. En la actualidad no se escriben novelas tan ambiciosas como las suyas".
"Quizá mi admiración por él se deba a una educación provinciana. Si hubiera sido español, habría citado a Cervantes, me imagino. En Dickens lo encuentro todo: el humor, la tragedia, el realismo social...".
En las reseñas de la crítica estadounidense se califica a la novela de una mezcla entre el mencionado Dickens y Pedro Almodóvar. "Sería el cineasta ideal para dirigir la adaptación de esta novela", reconoce Stace, quien elude en su obra las disquisiciones históricas para centrarse en las aventuras y dudas de sus personajes. "La ciencia-ficción se ambienta en el futuro, pero explica cosas del presente. Ésta es una teoría bastante aceptada. Asimismo, la novela histórica, aunque se ambiente en el pasado, puede servir para explicar nuestro tiempo. El pasado me permitía crear un escenario vacío en el que mis personajes hablan del amor, de la identidad o de cosas que no cambian nunca".
La ambigüedad sexual de el/la protagonista y su compleja adolescencia, queda bien plasmada en las estampas escogidas en cada país para ilustrar la portada de la novela. "En Estados Unidos e Inglaterra han elegido mujeres vestidas de hombres. No lo entiendo. Rose es todo lo contrario. Los editores franceses escogieron la fotografía de un travestido muy elegante. En Holanda optaron por un homosexual. La que más me gusta es la portada española, en la que aparece una niña de estética decimonónica".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.