Realidad y paciencia
La noticia se conoció en el año 2000. Entonces, el alcalde de un pueblo de la provincia de Teruel, Aguaviva, preocupado por la despoblación de su entorno, ofrecía públicas ventajas a quienes quisieran instalarse en el pueblo y enraizar en él. Pronto llegaron las primeras aceptaciones: chilenos, uruguayos, argentinos y rumanos se ofrecían a vivir en un lugar para ellos perfectamente desconocido. Tres años después, una joven recién licenciada, Ariadna Pujol, que ya había asombrado en festivales con su primer mediometraje documental, Tiurana (2002), una seca, concisa narración sobre los días finales del pueblo del título, amenazado por un pantano, aceptó el desafío de ver cómo había resultado la instalación de esos extranjeros en Aguaviva.
AGUAVIVA
Dirección: Ariadna Pujol. Intérpretes: actores no profesionales. Género: documental sociológico. España, 2005. Duración: 95 minutos.
Y el resultado está aquí: un documental construido con paciencia, cuyo rodaje se extendió a lo largo de más de un año y en el que quedan reflejadas todas las contradicciones lógicas que el ofrecimiento del alcalde trajo aparejadas. Porque quienes emigran, lo descubrió E. P. Thompson hace ya muchos años en su modélico ensayo sobre la revolución industrial inglesa, no son contenedores vacíos, sino personas que viajan con su cultura, sus rituales, sus miedos; y cuando interactúan con los lugareños, lo que resulta es algo muy diferente a lo pensado.
La cámara de Pujol, siempre en un muy sutil, equilibrado medio camino entre la observación y la toma de posición, documenta el fenómeno con rotundidad. Y el resultado es una verdadera radiografía social, ajena tanto a la nostalgia por un mundo perdido (a la manera, para entendernos, del por otra parte espléndido El cielo gira, de Mercedes Álvarez) como a cualquier tentación maniquea.
Aquí, los personajes se expresan sin tapujos, dejan perfectamente al descubierto las actitudes de rechazo que sufren. Eso es lo que debería ser cualquier buen documental que se precie: una mirada limpia y atenta sobre un fenómeno que escapa a las portadas de los grandes medios, pero que nos refleja, como sociedad, mucho mejor que tantos diagnósticos académicos.
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